La bailaora jerezana en uno de sus inigualables pasos por bulerías. :: CEDIDA
LA VOZ DE LA CONCIENCIA

Luisa 'La Torrán', artista de artistas

Logró gran popularidad gracias a su personal forma de bailar las bulerías en los mejores escenariosJerez acaba de perder a una de sus grandes bailaoras, que destacó por sus valores humanos

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Acaba de dejarnos para siempre Luisa Valencia Medina, la hija del 'Torran' y de Mercé la de los panecillos -que así apodaban a su madre- porque vendía por las calles de Jerez panecillos dulces.

Luisa Valencia 'La Torran', era una gitana de Jerez, de una conocida familia de pescaderos. Casada con Diego Garrido, un primo hermano de la Paquera, que también era pescadero y que empezó siendo mozo en la plaza de abastos de Tomás 'El agarrao'.

Luisa 'La Torran', fue una mujer que destacó por sus valores humanos y artísticos, ya que luchó con gran ahínco junto a su marido, para sacar adelante a sus diez hijos, y todo, con la venta del pescado; cosa que ella hacía por las calles de Jerez utilizando un carrito de niñera, la mayoría de las veces con un niño en el cuadril y el resto rodeando el cochecito.

Como era bailaora, y de las buenas, alternaba la venta del pescado con las fiestas que le salía por las tardes y noches en las diferentes casas y bodegas de Jerez, cosa que hacía junto a Juana la del 'Pipa', la Tita, la Marchena y la 'Chicharrona', por lo que fueron las pioneras. Estas fiestas eran por lo general organizadas por Manuel Morao, el que posteriormente la contrató para actuar en los Jueves Flamencos en nuestra plaza de toros; actuando junto a otros flamencos de la época como: El Berza, El Mono, Paco Laberinto, Rafael Paulera, Juan Ángel, El Guapo, Manolito Gero.

Como decíamos, destacó por su valores humanos, no sólo por criar a sus diez hijos en tiempos de dificultad, sino porque supo educarlos en el respeto, el amor a Dios, a la familia y al arte flamenco. De todos ellos, el que más destacó por atesorar el arte de su madre, es su hijo Diego; primera figura, que apodado artísticamente Diego 'el de la Margara', ya desde niño trabajó junto a su madre recorriendo multitud de escenarios y de tablaos, como los Canasteros o los Cabales. En la década de los 80 fue contratada en Madrid para bailar en la Cumbre Flamenca, como también lo hiciera en los festivales de Córdoba y en el Teatro Español de Madrid, donde siempre dejara bien alto el nombre de Jerez, que ella llevaba por bandera.

Luisa 'La Torran', consiguió gran popularidad artística debido a su personalísima forma de bailar por bulerías, por lo que fue requerida y contratada por las primeras figuras del arte flamenco para actuar con ellos en sus diferentes giras y compañías. Marchándose con Lola Flores a su tablao de Caripen y con otros artistas de la época. Estuvo largas temporadas en Madrid en donde trabajó en los principales tablaos flamencos, como también en las compañías de Doña Concha Piquer y en la de Luisillo, cosa que hizo acompañada de su hijo Diego.

Más tarde, cuando se pusieron de moda los festivales flamencos de verano, también trabajó en muchos de ellos llevando siempre consigo a su hijo Diego, al que como decíamos transmitió el sello inigualable de su arte.

Inspiración

Actualmente maestras de baile como: Ana María López, Angelita Gómez, o Rosi Gómez, identifican algunas 'patas' y pasos de baile con el nombre de Luisa 'La Torran' o de La Margara y se lo enseñan a sus alumnos y alumnas con su apodo porque eran genuinos de ella. Su gracia, su contoneo, su dominio, su braceo, todo era espontáneo y singular porque hacía un baile de inspiración, propio de los bailaores y bailaoras antiguas de Jerez. Esperamos que estas profesoras continúen haciéndolo para perpetuar su memoria.

Luisa Valencia fue una mujer muy querida y respetada por todos los vecinos del barrio y por los gitanos de Jerez, así como por los artistas con los que trabajó, ya que fue una excelente compañera. A su nobleza de carácter y de buena persona se le sumaba su gran sentido del humor y como las de la mayoría de su raza, lo que le gustaba era reírse y pasar unas horas con gente con ángel y gracia gitana. Para ello, muchos días iba a visitar a su hermana la 'Martínez', con la que no había más remedio que reírse todo el tiempo que se estuviera a su lado.

Como decíamos al principio, después de una larga enfermedad acaba de dejarnos esta buena madre y artista a la que siempre recordaremos por su bondad y por sus maneras.