La expectación fue mayúscula durante el tiempo que los naturistas permanecieron como Dios los trajo al mundo en la playa gaditana. :: FRANCIS JIMÉNEZ
CÁDIZ

La Victoria se deja el bañador en Cortadura

Lo que comenzó como un desafío naturista acabó en apenas unos minutos con abucheos y una sanción de la Policía Local Tres nudistas sorprenden a propios y extraños con un baño sin ropa a primera hora de la tarde

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Victoria. Cuatro y diez de la tarde de un domingo de julio. Como unos bañistas cualquiera, Juan José López, Julián Santamaría y un tercer compañero de la Asociación Naturista y Nudista de Cádiz, hacen acto de aparición en el módulo central de La Victoria. Pasa un buen rato hasta que los usuarios de la playa, que en esos momentos son miles, se percatan de que los tres están desnudos.

Lo primero que López y sus osados compañeros de baño sin ropa escuchan en su camino a la orilla de la playa es un insulto. «¡Guarros!», les grita una mujer acomodada en una sombrilla de Coca-Cola. El griterío gana decibelios, y los improperios se mezclan ya a partes iguales con risas y, en algunos casos, con carcajadas.

«Para eso que tienen mejor que no enseñen nada; si al menos fuera Cristiano Ronaldo el que se pusiera en pelotas...», exclamaba una chica sin pelos en la lengua. El lío ya estaba montado. Un usuario de la principal playa gaditana, ofendido por la «conducta incívica de los tres naturistas» según explicaron minutos después los agentes, llamó de inmediato a la Policía. Cuatro agentes a bordo de sendos quads llegaban a recriminar la actitud de los singulares bañistas. «No hay derecho a esto. Ésta es una playa muy familiar. Que se vayan a Cortadura a enseñar sus cosas», aseguraba María Rodríguez, una gaditana intimidada con la presencia de los nudistas.

División de opiniones

La reacción general de los cientos de bañistas y usuarios del litoral gaditano dejó entrever ayer tarde, sin lugar a dudas, que Cádiz es una localidad dividida entre quienes consideran que practicar el nudismo «debería estar penado con cárcel», y quienes consideran que López y compañía «están en su derecho a desnudarse donde quieran». Su iniciativa para reivindicarse como movimiento se saldó como era de esperar. Entre el tumulto y la algarabía de muchos y la indignación de otros tantos, los efectivos policiales procedieron a identificar a los tres bañistas en cueros, y les incoaron una sanción por incumplir la normativa municipal que prohíbe el baño sin ropa.

Las reacciones a esta circunstancia, así como el hecho de que los tres se vistieran rápidamente nada más salir del agua por la presión popular, lleva a plantearse varios aspectos, que ya algunos intuían. «¿Por qué se permite el 'topless', y nosotros no podemos bañarnos desnudos donde queramos?», preguntaba una y otra vez Juan José López. El polémico dirigente de Anncaje portaba una pulsera de tela, y se amparaba en que con ella no podría ser sancionado. Pero los agentes hicieron su trabajo, y comenzaron a disolver una concentración atraída por el espectáculo, que se había congregado a pocos metros del módulo central de La Victoria.

Las reacciones a esta inesperada visita continuaron durante varios minutos. Todos tenían algo que decir. Los comentarios eran de todo tipo. Silvia María López se mostró convencida de que «se puede hacer nudismo, pero en playas indicadas para ello», y Antonio Romero, sevillano que veranea desde hace años en la capital, defendía la necesidad de no radicalizar las posturas. También hubo algunos que se tomaron como algo personal el hecho de ver «las 'pilingas' de estos tíos al lado de mis hijos». Los menos comedidos, incluso, perdieron las formas, e increparon a los medios de comunicación allí presentes por dar cobertura a un baño que se convertirá en copla de carnaval.