El reclamo de cuatro piezas por un euro ha creado cierto descontento en el gremio. :: MILA MARTÍN
CÁDIZ

Una competencia con mucha miga

La agresiva oferta de una nueva panadería en La Laguna abre una guerra comercial en este tranquilo barrio

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las panaderías del barrio de La Laguna han comenzado a colgar carteles, cada vez más llamativos, para atraer la atención del mejor postor. La apertura hace mes y medio de Panisol ha repercutido en el resto de establecimientos que venden uno de los alimentos más antiguos y básicos de la alimentación diaria.

Aunque su incidencia no ha sido la misma en todos los locales, los propietarios quieren evitar que la marcha de una infiel clientela se acentúe y para evitarlo han llenado sus escaparates con ofertas de «barras a 50 céntimos» o el clásico tres por uno.

Por su parte, los residentes de La Laguna afirman no querer casarse con nadie y van a uno y otro establecimiento, «según coja de paso».

A la una y media de la tarde entra en Panisol el perfecto reclamo de esta panadería. «Dame todo lo que puedas por un euro», dice sonriendo mientras sabe que en la bolsa que se llevará a casa cabrán dos barras, un bollo gaditano y una bolsa de picos. Minutos antes entra dos amigos y piden directamente la oferta.

Lucrecia, madre de una niña y residente de la calle Bécquer, ha pasado a ser parte de la clientela de este local aunque tenga que esperar las largas colas que se forma. Sabe que el truco es llegar antes de la hora punta. «Primero vine por la oferta y he comprobado que el producto es de calidad».

A poco más de cien metros, en la panadería Alibabá la situación cambia. Hace solo dos meses que Carmen alquiló el local y reabrió la pastelería. No les ha dado tiempo a hacerse un hueco todavía en el barrio para hacerse con una determinada demanda. «Estamos perdiendo alrededor de 50 euros diarios desde que abrió la otra tienda, más de mil euros al mes». Como reclamo anuncian dos barras a 80 céntimos y tres baguettines o tres bollos integrales al precio de uno. «No podemos bajar más los precios porque no nos lo podemos permitir, aquí está todo el mundo que se sube por las paredes porque no podemos competir».

La razón es que la mayoría de las panaderías pertenecen a pequeños comerciantes mientras que 'Panisol' cuenta ya con cuatro franquicias en la capital gaditana. Pilar Rovera aprovecha que pasa por delante de Alibabá para quedarse con una barra «no me hace falta más». Afirma que ha comprado en Panisol, pero como dicen las mayorías de las clientas de otras tiendas, «porque pasaba por allí. Dicen que van a abrir otra panadería en Loreto y allí ya están temblando porque va a afectar al resto de establecimientos».

Kike es otro de los asiduos de Alibabá. Y afirma: «Vengo sólo a por una barra porque en mi casa no comemos mucho pan y no nos hace falta más».

En la esquinita está la tienda de Alfonso Belmaño. A pesar de las numerosas panaderías, Manuela Terrada es una de sus clientas fijas «porque tiene mucho arte y las cosas muy buenas, por cierto dame dos tortitas de leche». Viene a diario porque vive enfrente y «además de pan tiene otras cosas que te sacan del avío». Por su parte Alfonso dice no querer entrar en la polémica. «Yo tengo mis precios que van en función de lo que me cuesta mantener la tienda y de que me deje algo para comer».

En Fabripan no se sienten preocupados por la apertura de más de tres panaderías en solo tres meses. Son muchos los años que llevan en el barrio y Pilar, una de las encargadas explica que «la clientela se mantiene fiel, aunque si hemos notado que vendemos menos pasteles pero la demanda de pan se mantiene».