Los aficionados del St. Pauli volverán a disfrutar de la presencia de su equipo en la Bundesliga. :: EFE
LA PRÓRROGA

El retorno de los piratas antifascistas

Vuelve a la Bundesliga el St. Pauli, un club que recoge en sus estatutos el odio al racismo, sexismo y nazismo

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Con el retorno del St. Pauli a la Bundesliga, Alemania recupera un atractivo de cara a la próxima temporada. En una competición marcada por la 'nueva era' del 'eterno' Bayern de Múnich, la competitividad de Schalke 04, Bayer Leverkusen o Borussia Dortmund, sin olvidar al peculiar Hoffenheim (club instalado en un pequeño pueblo y que logró el ascenso a la primera categoría teutona en un tiempo de auténtico récord), la vuelta del St. Pauli asegura espectáculo en el césped y en los graderíos de cara al curso venidero.

Fundado hace exactamente 100 años (el 15 de mayo de 1910 se originó el St. Pauli TV, entidad de la que a la postre surgió el actual FC St. Pauli allá por el año 1924), este conjunto de Hamburgo vive momentos de extrema alegría tras consumarse su ascenso a la primera categoría del fútbol alemán. Tras finalizar en segunda posición el ejercicio liguero, el St. Pauli se une a Kaiserlautern y FC Augsburg en una nueva aventura en la elite germana. Todo un logro para los 'inquilinos' del Millerntor Stadion, pues tuvieron que dejar en la cuneta a rivales de enjundia como Fortuna Dusseldorf, Karlsruher, Múnich 1860 o Arminia Bielefeld, entre otros.

Varias son las peculiaridades que colocan a este conjunto de Hamburgo (los aficionados del Atlético podrían celebrar la consecución de la Liga Europa en un lugar bastante anecdótico) en el centro de las miradas. Todo comenzó allá por los años 80 del pasado siglo, época en la que el St. Pauli se trasladó al muelle de Hamburgo, cerca del famoso Reeperbahn, centro de la vida nocturna y del barrio chino de la ciudad. A partir de ese momento, la entidad adoptó una postura basada en el odio al racismo, al fascismo y al sexismo, tal y como recogen con claridad los estatutos del club. Una auténtica revolución en el balompié de un país marcado por el dominio nazi durante tantos años.

Este cambio de tendencia supuso un más que notable incremento de aficionados. No en vano, de contar con unos 200 espectadores en sus duelos, la cifra se incrementó a 15.000 aficionados en categorías como la Tercera División. ¡Una auténtica locura!

Fiel representante del 'punk' en el balompié alemán, cuenta con once millones de admiradores en el territorio teutón. Pero ahí no queda la singular historia del St. Pauli, ya que a su 'curiosa' indumentaria marrón y blanca (por este motivo mantiene una cierta afinidad con el argentino Atlético Platense) se une la 'bandera pirata', emblema no oficial de la entidad. No en vano, esta seña característica le ha valido para ser apodado: 'Die Freibeuter' ('El equipo de los Piratas').

Por si fuera poco, el St. Pauli no duda en iniciar sus partidos en el Millerntor Stadion (el estadio recupero su nombre original en el año 1999 al descubrirse que su antiguo dirigente Wilhelm Koch, que ostentó el nombre del coliseo desde 1970, fue miembro del Partido Nazi) con los acordes del 'Hells Bells' del grupo AC/DC.

Enemigos acérrimos

Bastante llamativa es la rivalidad de este antiguo club con el Hansa Rostock. Situado en la misma ciudad, el carácter ultraderechista de la hinchada del Hansa Rostock es la piedra angular para que ambas escuadras se declaren odio eterno. De hecho, ambos coincidieron esta temporada en el campeonato liguero y dichos encuentros estuvieron marcados por la polémica dentro y fuera del rectángulo de juego. Sin ir más lejos, éstos conocen al St. Pauli como el 'Burdel de la Liga' ('Freudenhaus der Liga'). Asimismo, el Hamburgo SV, equipo identificativo de la ciudad, tampoco mantiene buenas relaciones con el St. Pauli.

Todo lo contrario sucede con el Celtic de Glasgow, escuadra con la que este significativo equipo alemán mantiene una excelente relación deportiva e institucional.

A fin de cuentas, la Bundesliga recupera dosis de originalidad con una entidad que vuelve a la cúspide de la mano de un presidente como Corny Littman que reconoce abiertamente su homosexualidad y de Deniz Naki, un jugador con antepasados turcos que ha llevado su identificación con el St. Pauli al mayor de los extremos.

Y para redondear la fiesta por el ascenso, la entidad ha solicitado la elaboración de unos 20.000 condones con el escudo del club.

Sin lugar a dudas, la Bundesliga tiene un aliciente más de cara al próximo curso. Historias del 'Deporte Rey'.