PAN Y CIRCO

RESISTIR

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En la actual situación lo único que nos queda a los aficionados cadistas es resistir. Temo que ya no esté en nuestras manos ni en nuestras voces cambiar la trayectoria del equipo influyendo para que gane partidos ni siquiera para que los empate, y lamento que los cambios de alineación que hace Espárrago tampoco sirvan para elevar la calidad de la plantilla. Ante esta realidad -triste y sombría- lo único que podemos hacer nosotros es, una vez más, aceptarla, confiar en milagros imposibles y esperar que otros equipos lo hagan aún peor. Pero lamentarnos ahora, por mucho que nos desahogue, puede empeorar aún más el panorama inmediato. En mi opinión, lo más práctico es resistir con mucho realismo, con un poco de esperanza y, por supuesto, con ingenua ilusión. Lo peor, sin embargo, sería que, una vez más, los responsables siguieran sin aprender de unos errores tan reiteradamente repetidos como son prescindir de la cantera, fichar nombres y cambiar de entrenadores. Ahora, otra vez más, tendremos que concentrar todas las fuerzas en el próximo partido. Hemos de tener presente que esas dificultades que hemos de superar ya, se acrecentarían notablemente si, contagiando al equipo con nuestra inquietud y con nuestro nerviosismo, hacemos que los técnicos y futbolistas caigan en la precipitación. Si mostramos serenidad, precisamente en estos momentos finales, afrontaremos mejor las realidades inexorables que, como el viento, la lluvia y el frío o el calor, son ineludibles. La serenidad en la espera nos hará mantener un estado de ánimo apacible y sosegado aún en las circunstancias más adversas, para que, sin agrandar ni minimizar los problemas, los técnicos encuentren las soluciones adecuadas. Reconozcamos que, a pesar de todas las adversidades, el Cádiz está situado en una posición que aún nos permite soñar; esperemos con paciencia, cambiemos el dicho popular y aceptemos que 'mientras haya esperanza tendremos vida'.