Vuelve el espectáculo de toros y caballos de Álvaro Domecq

Los toros y caballos de la prestigiosa ganadería Domecq vuelven a protagonizar por tercer año el espectáculo 'A Campo Abierto', un paseo por la vida de estos animales y su entorno en una finca típica andaluza en pleno corazón de la campiña jerezana.

La belleza y singularidad del toro bravo en su entorno natural, la importancia biológica de la dehesa andaluza o la pericia de jinetes y vaqueros son algunos de los ingredientes del mismo. Se trata de una idea original de Álvaro Domecq que aúna una experiencia didáctica y divulgativa sobre el mundo del toro y el caballo con una vocación turística, destinada tanto a los habitantes de la provincia como a sus visitantes. Y es que 'A Campo Abierto' se convierte en una visita casi obligada para todo el que quiera conocer uno de los principales iconos de este territorio: la cría del toro y el caballo de raza.

Doma vaquera y clásica

El espectáculo, de 90 minutos de duración, abre las puertas del campo al visitante para ofrecer una exhibición de naturaleza, arte y magisterio en materia de doma vaquera y clásica llena de dinamismo, y que recrea la vida temprana del toro bravo en comunión con el caballo y su hábitat natural: la dehesa.

Este próximo viernes 19 de marzo arrancará la primera cita de este año, que se prolongará hasta el mes de octubre con tres espectáculos a la semana, los miércoles, viernes y sábados. Este ejercicio hay varias novedades, entre la que destaca una dirigida a grupos. 'A Campo Abierto' se ofrece también como actividad paralela de turismo congresual y de incentivos. Se trata del menú del mayoral y consiste en que el público que asista al espectáculo disfrute del almuerzo típico que tomaban en el campo los vaqueros y el mayoral, encargados de cuidar el ganado. Este menú está formado por chacina, gazpacho y la caldereta brava.

Otra de las novedades que trae 2010 será unas mejoras en las instalaciones de Los Alburejos que acogen el espectáculo y que tienen capacidad hasta para 800 personas. Consiste en habilitar una zona cubierta con brezos para que tanto en el almuerzo del mayoral como el descanso que se hace en medio del espectáculo el público pueda protegerse del sol.