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IMÁGENES DE LA CATÁSTROFE DE LOS SESENTALOS EFECTOS DEL TEMPORAL

A menos de un metro de 1965

Las zonas bajas de Jardines y Carmen Picazo fueron las más afectadas, además de las casas que se anegaron en El Carmen El Iro rozó el desbordamiento a primera hora de la tarde de ayer, con su mayor caudal en 45 años

CHICLANA. Actualizado: Guardar
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La sensación que muchos tenían anoche, al cierre de esta edición, es que se rozó la tragedia en Chiclana. Por la mente de cientos de chiclaneros, sobre todo aquellos de mayor edad, pasaron ayer los recuerdos y las imágenes en sepia de la riada que asoló el casco urbano de la ciudad el 19 de octubre de 1965.

Según los datos recopilados por los historiadores y la memoria colectiva de toda una generación, en aquella ocasión, las intensas lluvias que de madrugada azotaron la localidad, azuzadas por los caudales rebosantes de los arroyos de Medina Sidonia que abastecen en época de lluvias al río Iro. Entonces pudieron caer en total más de 270 metros cúbicos, que provocaron una tragedia que los vecinos aún no han podido olvidar.

Dos horas críticas

Afortunadamente, el nivel del cauce urbano del río Iro no llegó ayer a los extremos de aquel fatídico día. En aquella ocasión, los muros que conducen el agua fluvial hasta su desembocadura en las salinas y esteros de Sancti Petri no aguantaron la presión y reventaron. Con ese miedo pasaron ayer la tarde los que tienen edad de recordar la riada de los años 60. Durante la jornada del sábado, las obras de acondicionamiento del cauce urbano del Iro hicieron su bien trabajo.

Por suerte, ayer las consecuencias no fueron tan graves como en las inundaciones de 1965. Los momentos más críticos tuvieron lugar entre las cuatro y las seis de la tarde. En ese momento, según los técnicos, faltaban 80 centímetros para que el agua superase el cause y tomara la ciudad. Muchos temían entonces la marea, cuya pleamar de apenas 40 grados a las siete de la tarde estaba aún por llegar. Sin embargo, el agua fue bajando de nivel a medida que pasaba el tiempo, y apenas se registró el rebose del nivel del agua en los puntos más bajos del centro urbano. Así, la calle Jardines, a la altura del establecimiento Pico de Oro, o las calles Iro y Carmen Picazo se anegaron de forma parcial y tuvieron, por tanto, que ser cortadas al tráfico durante la tarde.

Aunque se produjeron desbordamientos aislados en la zona de El Carmen -con el agua dentro de algunas viviendas cercanas al cauce-, el río no llegó a desbordarse. Según las mediciones realizadas cada diez minutos en estos puntos por los técnicos municipales e incluso de manera personal por el alcalde, José María Román, la situación se contuvo y el nivel se quedó a 80 centímetros del límite.

Vigilancia permanente

La vigilancia de los operarios y personal de Vías y Obras y Chiclana Natural fue constante hasta la noche en otros lugares críticos como el puente VII Centenario. Allí la maquinaria y el aporte de tierra y sedimentos reforzó los puntos más débiles de la estructura del cauce.

Muchos chiclaneros tuvieron ayer sensaciones que hacía años que olvidaron. En El Carmen y el puente Nuestra Señora de Los Remedios, numerosos curiosos se congregaron para seguir de cerca la evolución del agua. Los más jóvenes reconocían «no haber visto nada igual» en su vida, pero sólo los mayores fueron realmente conscientes del peligro que durante unos momentos supuso el enorme nivel del río.

Y es que la jornada de ayer ha sido la más cercana a ese lejano día de hace 45 años. Nunca el río estuvo tan cerca de desbordarse a su paso por el casco urbano tras la elevación de los muros y la eliminación del Puente Presa que se levantó en los 90.