Ingrid Loyau-Kennett. / Afp
TERRORISMO

La sangre fría de Ingrid Loyau-Kennett

Habló con los agresores de Londres cuando estos portaban, en las manos ensangrentadas, cuchillos y machetes

MADRID Actualizado: Guardar
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Dentro de la terrible y surrealista escena que se vivió ayer -un terrorista decapita en Londres y a plena luz del día, a un soldado británico, y explica a un transeúnte anónimo sus razones, mientras a su alrededor decenas de personas permanecen inmóviles-, hay una historia que impactó profundamente en las redes sociales y las redacciones de todo el planeta. Su protagonista es Ingrid Loyau-Kennett, una mujer que tuvo la sangre fría de hablar con los agresores, solo unos minutos después del asesinato.

La mujer viajaba en un autobús cuando se topó con lo que parecía un accidente de tráfico. Un hombre permanecía inmóvil en el suelo, así que decidió bajarse del autobús y se acercó para ver si podía echar una mano. Fue entonces cuando comprendió lo que había pasado. En ese momento, uno de los dos terroristas gritó a la mujer que no se aproximase al cadáver.

"El más nervioso de los dos me dijo que no me acercase demasiado al cuerpo. Y entonces vi que tenía un chuchillo de carnicero y las manos ensangrentadas y pensé: ¡Qué demonios ha pasado aquí!", ha relatado Loyau-Kennett a ITV News, la cadena que difundió las escalofriantes imágenes del terrorista dirigiéndose al móvil con el que un transeúnte grababa la escena.

Lejos de asustarse, la mujer empezó a hablar con ellos porque, según asegura, pretendía evitar que se produjesen males mayores. "Para mí, aquél era un hombre normal, no estaba bebido, ni drogado. Me dijo: 'No lo toques, lo he matado'. Yo le pregunté por qué y me dijo: 'Es un soldado que ha matado a personas musulmanas en países musulmanes", asegura. Al ver que el autobús volvió a arrancar, Loyau-Kennett dio media vuelta y se marchó.