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La cruz de los entrenadores

En las nueve primeras jornadas de Liga ya han sido expulsados siete técnicos, tantos como en las dos últimas campañas

MADRID Actualizado: Guardar
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Parece una persecución que debe acabar pronto. En nueve jornadas de Liga han sido expulsados siete entrenadores, tantos como en las dos últimas temporadas. Algo que no tiene precedente en el fútbol español ni europeo. El ritmo es brutal. De hecho, en las dos últimas campañas solo había visto la roja un entrenador a estas alturas de campeonato: Quique Sánchez Flóres en la 2010/2011 y Luis García el curso pasado.

Tito Vilanova, Mauricio Pochettino, Paco Herrera, Miroslav Djukic, Míchel, Manolo Jiménez y Paco Jémez han sido expulsados por protestar al árbitro o a su asistente desde el área técnica. Todas las cartulinas por el mismo motivo. Los técnicos se sienten perseguidos y consideran que los colegiados no les permiten hacer nada dentro de su zona. «Parece que estamos en una dictadura, no se puede abrir la boca», explicó el entrenador del Rayo tras acabar el encuentro ante el Barcelona. Jémez ha sido la última víctima de una lista que comenzó Vilanova en la segunda jornada y que Djukic se encargó de denunciar en la quinta. «Algunos no se han dado cuenta de que Franco ha muerto», lanzó el preparador serbio del Valladolid después de que Muñiz Fernández lo mandara al vestuario antes de tiempo. Los demás se mordieron la lengua para evitar males mayores. Y es que solo han podido defenderse en los medios de comunicación ya que los recursos presentados por sus clubes no tuvieron ningún éxito.

Árbitros y entrenadores protagonizan una guerra que no conviene a nadie. No hay razón entendible para expulsar a alguien más allá del insulto o el menosprecio. Cualquier discrepancia o apreciación es entendida por los colegiados como una ofensa. El único de los expulsados que pudo caer en el error fue Pochettino en la cuarta jornada tras espetar ante el trencilla: «Esto es una puta vergüenza». El resto de actas arbitrales recogen la disconformidad y observaciones de los técnicos hacia el juez.

El origen de esta campaña hay que buscarlo en la reunión que mantuvieron los colegiados antes de comenzar la temporada. Allí sus dirigentes federativos les dieron orden expresa de vigilar su comportamiento en las áreas técnicas y no permitir la más mínima protesta o gesto de desaprobación contra sus decisiones.

«Desde nuestro estamento mostramos inquietud por lo que palpo y queremos estar vivos si sigue pasando», advierte Eduardo Caturla, presidente del Colegio de Entrenadores, que ya se ha reunido hace unas semanas con Sánchez Arminio y no descarta tener que volver a hacerlo. «Habría que analizar cada caso, pero en algunos choca. Confío en que esto sea pasajero y que todo vuelva a la normalidad». El representante de los entrenadores también entiende la postura del estamento arbitral. «El problema es que salvo el acta no tenemos acceso a lo que pasó. Todos los clubes han recibido circulares este verano. A los árbitros les molesta mucho las protestas y gesticulaciones. Sobre todo las masivas, cuando se levanta todo el banquillo porque entienden que se les echa el público encima», comentó. No obstante Caturla pide comprensión. «Estamos a muchas pulsasiones y a veces no se pueden controlar los gestos», recuerda.