Imagen capturada de un vídeo en la que se observa la cápsula 'Fénix 2' partiendo del refugio con el último minero rescatado, Luis Urzúa. / Efe
70 días bajo tierra

Chile culmina con éxito el histórico operativo que ha permitido rescatar a los 33 mineros

Luis Urzúa, el jefe de turno, ha sido el último en salir a la superficie, poniendo fin a la pesadilla

SANTIAGO DE CHILE Actualizado: Guardar
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Las operaciones de rescate en la mina San José, en el norte de Chile, han concluido esta madrugada con la salida al exterior de Luis Urzúa, jefe de turno en el yacimiento cuando se produjo el derrumbe el pasado 5 de agosto.

Urzúa, topógrafo de 54 años, lleva a sus espaldas 31 años de experiencia en la minería y empezó a trabajar en el yacimiento San José hace diez meses. Su salida a la superficie se ha producido a las 2.55 horas de esta madrugada (22.55 del miércoles en Chile). Fue el primero en contactar con el exterior y quien ha organizado la vida bajo tierra de los atrapados, ejerciendo como líder, pues el resto de mineros siempre mantuvieron respeto hacia su cargo. Así, organizó el racionamiento de alimentos y dividió el espacio en tres zonas: una para dormir, otra para comer y una tercera para las necesidades básicas, informaron los medios chilenos.

Al salir a la superficie se ha envuelto con una bandera chilena y ha sido recibido con gran júbilo por sus familiares y las autoridades presentes. El responsable de los operativos de rescate, Andrés Sougarret, y Piñera no han podido contener las lágrimas mientras Urzúa se disponía a salir de la cápsula que lo ha llevado desde el interior del yacimiento al exterior.

"Tengo el privilegio de informarle de que todos los mineros han sido rescatados, incluido el jefe de turno, el señor Urzua, y que están en perfectas condiciones", ha comunicado solemnemente uno de los rescatistas al presidente, Sebastián Piñera. A continuación, Urzúa se ha dirigido a Piñera y le ha dicho: "Le entrego el turno y espero que esto nunca más nos vuelva a ocurrir. Gracias a todos, gracias a todo Chile y a todas las personas que han cooperado. Me siento orgulloso de ser chileno". "Recibo su turno y lo felicito por cumplir con su deber, saliendo al último", le ha contestado Piñera. Ambos hombres se han fundido en un largo abrazo tras lo cual el presidente ha gritado eufórico "¡Viva Chile, mierda!" y todos los presentes han entonado el himno nacional.

Se culminaban así unas horas que forman parte de la historia de Chile. Tras 70 jornadas bajo tierra, los 33 mineros atrapados en el interior de la mina San José, en el desierto de Atacama, por fin han podido ver la luz y, lo que es más importante, abrazar a sus seres queridos. Ellos, sin quererlo, han logrado el récord mundial de supervivencia a tantos metros de profundidad, nada menos que 700.

Emoción entre los familiares

El ministro de Sanidad, Jaime Mañalich, ha explicado que el caso de Mario Gómez, el más veterano y enfermo, es el "más serio" porque padece silicosis. El minero fue extraído al exterior con dispositivos especiales de suministro de oxígeno y broncodilatadores, ha añadido.

El responsable de Sanidad ha precisado que todos los mineros han aceptado ser hospitalizados al menos dos días en la ciudad de Copiapó, en cuyo hospital ya están ingresados los primeros trabajadores evacuados de la mina, y ha considerado "poco probable" que alguno "se niegue a recibir esta medidas mínimas de precaución". Ha explicado que José Ojeda, el séptimo rescatado, que padece de diabetes, llegó con índices "relativamente normales".

El primero en hacer declaraciones, el segundo en salir, fue Mario Sepúlveda, que ilustraba la experiencia vivida con una contundente frase: "Me peleé con Dios y el diablo, y ganó Dios". Acompañado de su mujer y sus hijos, Sepúlveda, conocido por sus dotes de animador y su talante dicharachero cuando grababa en vídeo a sus compañeros de encierro, declaraba a TVN que estaba "supercontento" de que le hubiera tocado vivir esta experiencia.

Con Florencio Ávalos comenzaba a escribirse la historia de un día seguido en todo el mundo: a las 0.10 horas locales (03:10 GMT del martes en España) se convertía en el primer minero en recuperar la libertad. Este joven de 31 años emergió de la cápsula 'Fénix 2' tras un recorrido de apenas 15 minutos por el pozo que durante 33 días excavó la perforadora Scramm T-130, apodada 'La Liebre' por los rescatadores, por la rapidez de su trabajo.

Miles de espectadores del planeta tuvieron oportunidad de presenciar cómo Ávalos -con gafas negras para evitar la luz- mantenía una gran serenidad, a diferencia de su pequeño hijo Byron, quien le esperaba junto a su esposa, Mónica Araya, y su otro hijo, Alex. Los familiares rompieron a llorar y se fundieron en abrazos con él, mientras una sirena alertaba al campamento 'Esperanza' de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito.

48 horas bajo observación

Tras ser izados a la superficie, conforme iban saliendo de la cápsula, los obreros permanecían dos horas en la zona de estabilización dispuesta por los equipos de rescate en el hospital de campaña y posteriormente han pasado a una zona de descanso para reunirse con sus familias. Todos los mineros deben permanecer en observación en el hospital de Copiapo al menos durante 48 horas, incluido Carlos Mamani, el único extranjero.

Un helicóptero se encarga del traslado de los mineros al regimiento de Copiapó y desde allí, en ambulancia, hasta la unidad de cuidados especiales del centro hospitalario, donde podrán recibir visitas de sus familiares. El estricto protocolo sanitario establecido por el ministro de Salud permite que los mineros abandonen el hospital regional en 48 horas si su estado es saludable, tras lo cual podrán recibir ayuda psicológica si lo requieren.

Medidas de seguridad

Antes de izar a los primeros mineros, la cápsula 'Fénix 2' había sido sometida a una prueba de descenso que sirvió para revisar el trayecto con una cámara de vídeo y detectar eventuales anomalías. Posteriormente, el rescatador Manuel González subió a bordo de la jaula para llegar hasta el refugio de los mineros, a los que explicó el funcionamiento de cápsula, que cuenta con un complejo sistema de comunicación y está pintada con los colores de la bandera de Chile; blanco, azul y rojo.

Al ingresar en la cabina, los mineros se colocaron un casco con audífonos y micrófono inalámbrico, lentes que filtran toda la luz, un cinturón biométrico, un traje térmico impermeable e incluso un vendaje para evitar trombosis en las piernas.

El ejemplo de los mineros

En una comparecencia de prensa improvisada a los pocos minutos de la salida de Ávalos, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, puso a los 33 obreros atrapados como ejemplo de unidad, coraje y perseverancia a seguir por sus compatriotas para superar los problemas del país.

"Al igual que las víctimas del terremoto y que los que trabajan en la reconstrucción, (los mineros) demuestran que cuando Chile se une en la adversidad somos capaces de grandes cosas. Ojalá que su ejemplo se quede siempre con nosotros", apuntó.

El mandatario anunció que en el lugar que hoy ocupa el llamado "campamento Esperanza" se erigirá un memorial para que las futuras generaciones recuerden esta hazaña. Además, aseguró que el yacimiento San José y otras minas en donde se han repetido los accidentes laborales no volverán a operar "hasta que no garanticen que la vida y la seguridad de sus trabajadores están resguardadas".