CÁDIZ

La Zambomba de Jerez adelanta al Carnaval de Cádiz

La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, ha anunciado que la fiesta navideña será declarada Bien de Interés Cultural en un mes mientras que en la capital aún no hay novedades sobre el expediente de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hay dos fiestas populares en nuestra provincia que definen al gaditano. Son diferentes como los propios gaditanos, pero no por eso han de ser contradictorias ni vivir enfrentadas. Por una parte, el Carnaval, todo crítica y humor, la fiesta de Don Carnal interpretada cada año desde la perspectiva del gaditano, no sólo de la capital, porque también se celebra desde tiempos inmemoriales en numerosas localidades de la provincia, como Trebujena, aunque ha sido en la Tacita de Plata donde ha alcanzado su máximo esplendor.

En esta fiesta casi todo está atado; el Concurso Oficial de Agrupaciones de Carnaval en el Falla, los encuentros en las peñas, las jornadas gastronómicas en el centro de la ciudad, entre otras muchas cosas, y cuenta con innumerable documentación histórica y gráfica que avala su tradición centenaria.

La otra es la Zambomba jerezana, una fiesta ligada al pueblo gitano y a sus cientos de años de convivencia con la población paya, a la tradición flamenca y a la celebración navideña en familia, hasta hace poco limitada al ámbito privado pero que en los últimos años ha tomado las calles del centro de Jerez. Los primeros documentos en los que se recogen villancicos datan de los siglos XV y XVI pero en Andalucía no será hasta el siglo XIX cundo se irá aflamencando.

Al principio la temática se basó en pasajes evangélicos, pero con el paso del tiempo fue evolucionando e incorporando episodios cotidianos, de ahí que muchos de ellos se refieren ahora especialmente a temas costumbristas, en los que tiene cabida incluso las letras picaronas. Como curiosidad, en las letras de los villancicos de Jerez, la Virgen siempre es gitana, mientras que San José es siempre payo, habitualmente muy soso, un sin gracia.

Esta fiesta está desvinculada de instituciones políticas como el propio Ayuntamiento de Jerez, que este año ni siquiera publica un catálogo oficial de zambombas. El consistorio jerezano sólo ha intervenido para la próxima edición en la publicación de un bando municipal en el que dicta que las zambombas se celebrarán entre el 20 de noviembre y el 25 de diciembre, ambos inclusive, y que «se intentará conjugar y compatibilizar la fiesta con el descanso de los vecinos, dentro de los límites que exige la convivencia ciudadana y el respeto a los demás».

Todo lo demás queda en manos de la iniciativa privada y de las ganas de fiesta de la gente en la calle. Nada está programado oficialmente, aunque hay decenas de ellas anunciadas ya, excepto las organizadas en el Teatro Villamarta, que se han convertido en la cita oficial del aficionado a los villancicos flamencos. La celebración está en auge, tanto que en el último decenio otras localidades como Arcos y Cádiz se están apuntando a una versión un tanto descafeinada de la fiesta.

Durante la primera visita institucional al Ayuntamiento de Jerez, la consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Rosa Aguilar, anunció que «la Zambomba de Jerez será declarada Bien de Interés Cultural antes de Navidad». Aguilar explicó que el expediente de la declaración de la zambomba Bien de Interés Cultural se encuentra en el tramo final y señaló que «este será un año de celebración especial en el que trabajarán conjuntamente el Ayuntamiento y la Consejería».

Esta noticia ha sorprendido gratamente en Jerez porque el año pasado la iniciativa sufrió un revés importante cuando la Junta anunció que había incoado el expediente en favor de la Zambomba de Jerez y Arcos.

Mientras tanto, el Carnaval de Cádiz no termina de ver resultados a su petición de ser nombrado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, una iniciativa que surgió con seriedad hace un par de años. Uno de los impulsores de esta última iniciativa, Antonio Montiel, ha explicado que en unos días presentarán en la Consejería de Cultura el documento definitivo de un expediente coordinado por el historiador Enrique Barbosa.

Pero Montiel adelanta que cuando iniciaron este tedioso proceso ya les advirtieron de que hasta 2017 no contasen con ninguna nueva certificación. El mayor reconocimiento oficial que ha obtenido el Carnaval es el de Bien de Interés Turístico Nacional e Internacional.

Ver los comentarios