Vista panorámica del segundo puente con el paseo marítimo inferior
Vista panorámica del segundo puente con el paseo marítimo inferior - FRANCIS JIMÉNEZ
INFRAESTRUCTURAS

Remate final a los flecos del puente

Culmina la obra del paseo marítimo de Astilleros y se dan los últimos retoques al cableado interior del tablero

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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La obra del segundo puente de Cádiz está a punto de concluir de manera definitiva. El 24 de septiembre de 2015 se abrió al tráfico el nuevo acceso de la Bahía tras una ceremonia de inauguración que contó con la asistencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y la titular de la Junta, Susana Díaz. Sin embargo, la obra no estaba del todo concluida. Aún faltaban por completar varias actuaciones urbanísticas de calado en su entorno y la implantación de las redes de fibra óptica en el interior del tablero.

Durante los últimos catorce meses se ha trabajado en el remate final y, muy especialmente, en la reordenación y ornamentación del nuevo paseo marítimo que ha surgido entre el club Viento de Levante y la barriada de Astilleros.

Se trata de una arteria peatonal de casi 900 metros de longitud que conecta la avenida de la Bahía con el parque de Celestino Mutis. El estribo del puente, situado en la orilla de Cádiz, ha servido para abrir un paso inferior y conectar ambos puntos de la ciudad mediante un paseo peatonal ajardinado junto al mar con carril bici incluido.

El Ministerio de Fomento ha centrado sus esfuerzos en lograr un espacio de gran belleza urbana, ya que desde el paseo se puede contemplar la magnitud del nuevo puente y, además, hay una impresionante vista de la Bahía. Está previsto que el paseo se abra al público en la primera quincena de abril.

El Ayuntamiento de Cádiz negocia ahora con el Ministerio el reparto de tareas para la conservación de los espacios comunes que han aparecido en la trama urbana con la apertura del nuevo acceso. No hay que olvidar que el desembarco del puente en la ciudad de Cádiz se hace a cota cero a través de una glorieta ajardinada que, precisamente, concentra una importante red de servicios básicos. Los alrededores de El Corte Inglés y la avenida de Las Cortes han sido objeto durante el último año de actuaciones puntuales para la instalación de semáforos, señales verticales, alcantarillas y suministros de luz y agua.

Desde su inauguración, en septiembre de 2015, no han cesado los trabajos complementarios para el cableado y la urbanización del entorno

Igualmente, el remate de los flecos de la obra ha seguido también en el interior del viaducto. El tablero del puente se diseñó para albergar toda la infraestructura técnica necesaria para la instalación de radares de tráfico, sensores térmicos, balizamiento y facilitar además la distribución de información a través de paneles. Para ello, la plataforma central tiene un paso subterráneo donde se concentra el cableado y las redes de fibra óptica. Este acceso peatonal en el interior del viaducto permite a los técnicos de Fomento el mantenimiento y conservación del puente.

Toda la red de cables que se distribuyen por el interior de las estructura se concentra en dos potentes ordenadores que se encuentran situados en las pilas centrales. Ambos dispositivos forman el ‘cerebro’ del puente y emiten datos técnicos sobre movimiento, fuerza, tensión, condiciones climáticas y circulación. Esta información permite a Fomento calibrar el estado de la infraestructura al minuto y prevenir futuras alteraciones.

La instalación de este tendido ha sido especialmente compleja y ha tenido a los responsables de la Demarcación de Carreteras centrados en su implantación durante todos estos meses. En este tiempo también se ha terminado la construcción en la pila doce, uno de los ejes del puente, de los denominados diques Duque de Alba. Forman parte de la obra de seguridad del puente y tienen como objetivo proteger las pilas centrales del impacto de un buque, en caso de accidente, y de salvaguardar las columnas de los efectos del mar.

Está previsto que el nuevo espacio de ocio abierto en la orilla de Cádiz se inaugure el próximo abril

Otro de los aspectos que se ultima en estos momentos y que se dará por concluido en breve es el de la iluminación del puente. Hasta ahora, el nuevo acceso de la Bahía se ilumina con los focos de emergencia y con la luz led de sus farolas, sin embargo, en los próximos días se realizarán varias pruebas para resaltar las pilas centrales. Fomento no tiene intención de sobrecargar con luces el tramo atirantado y parece que queda descartada la combinación cromática que se anunció en un principio para iluminar distintos tramos del viaducto.

El próximo septiembre se cumplirán dos años de su estreno y el puente ha encajado a la perfección en el mapa de la Bahía. Su presencia ha permitido, finalmente, dividir los tráficos de acceso a la capital, es decir, una media de 20.000 vehículos cruza a diario el nuevo puente, mientras que otros tanto lo hace por el puente Carranza.

La última factura

La obra del segundo puente de Cádiz duró casi ocho años. Comenzó en la primavera de 2007 después de una década de gestación. Lo que empezó por una inversión de 273 millones de euros acabó superando los 506 millones. De hecho, las cuentas del Estado de 2015 recogieron las últimas partidas de la obra y dejaron constancia de que las tres últimas facturas del puente de la Constitución de 1812 se pagarían en 2015, a razón de 59,3 millones de euros, en 2016, por un importe de 63, y una tercera en 2017, por valor de 16,3 millones.

No hay que olvidar que la obra del nuevo puente de Cádiz sufrió el verano de 2014 un parón, el tercero en sus ocho años de construcción, como consecuencia de una modificación del proyecto inicial que quedaba por liquidar.

La ciudad gana casi 900 metros de paseo peatonal junto al mar con carril bici incluido

El motivo de este frenazo fue la presentación de un expediente de modificación de obra por parte de la constructora, Dragados, que recogía todos los cambios que había sufrido el proyecto del segundo puente de Cádiz y que, sin embargo, no se habían recogido en el contrato de adjudicación. Una de las modificaciones más importantes tenía que ver con el desembarco del tablero del puente en el casco urbano de Cádiz, frente a la glorieta de El Corte Inglés. El ingeniero Javier Manterola diseñó inicialmente una entrada en altura, es decir, el tráfico de las avenidas de Las Cortes y del Guadalquivir quedaría regulado por túneles, lo que permitía a la circulación procedente del puente entrar y salir de la ciudad sin obstáculos. Sin embargo, esta idea no convenció a vecinos ni al Ayuntamiento, que se decantaron por un desembarco a cota cero y sin túneles, lo que obligó a una modificación puntual del diseño. Este fue, junto con la plataforma tranviaria del tramo atirantado y la sección desmontable de la parte central, el origen de la discordia.

Esa modificación incrementó el presupuesto de la obra en otros 33 millones más con respecto a lo que había consignado. La obra recuperó ritmo en diciembre de 2014 y fue la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, la que anunció en mayo de 2015 el compromiso para concluir ese mismo año los trabajos. De hecho, la Vuelta Ciclista fue la que inauguró el puente en agosto. Un mes más tarde, quedaría abierto al tráfico de forma oficial.

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