Salida de uno de los turnosde trabajo del astillero de Puerto Real
Salida de uno de los turnosde trabajo del astillero de Puerto Real - ANTONIO VÁZQUEZ
INDUSTRIA

La puesta en marcha del astillero del futuro choca con una plantilla obsoleta

El presidente de Navantia anunció en Cádiz la reconversión tecnológica de la compañía, pero sin detallar el plan para rejuvenecer la mano de obra

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Los astilleros públicos han puesto la primera piedra para iniciar una profunda transformación tecnológica que, inexorablemente, pasa por la reconversión de su plantilla. El discurso que pronunció el pasado martes el presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, durante la firma del protocolo que alumbra en Puerto Real al Centro de Fabricación Avanzada (CFA) naval y aeronáutico ha sido determinante. Revuelta dio las claves de lo que será el astillero del futuro, donde las nuevas tecnologías permitirán robotizar buena parte de la cadena de producción y, al mismo tiempo, mejorar la competitividad de los centros de trabajo. Se trata de uno de los ingredientes del ambicioso proyecto que prepara Navantia para optimizar sus recursos, modernizar sus factorías y favorecer con ello la diversificación de su actividad.

Este es el resumen de lo que se ha venido a llamar ‘Astillero 4.0’, un proyecto donde convergen la investigación, las nuevas tecnologías y la alta cualificación de la plantilla. Los planes de Navantia para la puesta en marcha de esta reconversión estructural y productiva se llevarán a cabo de una manera escalonada, sin prisas, pero sin pausa. Las palabras de Revuelta, pese a su carga de optimismo, han puesto en alerta a la plantilla de las factorías gaditanas, que llevan meses reclamando un rejuvenecimiento de la mano de obra que no llega. El plan de la dirección de Navantia es, según los trabajadores, inviable si antes no se aborda un plan de prejubilaciones que permita a corto y medio plazo la entrada en las factorías de savia nueva y joven.

El plan ‘Astillero 4.0’ está diseñado para otra generación de trabajadores, pero aún no hay fecha para su aplicación

Revuelta esbozó las líneas generales del plan de futuro de la compañía durante un acto de especial calado para la industria gaditana. El nuevo Centro de Fabricación Avanzada será un apéndice de la reconversión que persiguen los astilleros públicos. Este nuevo centro, impulsado por la Junta y amparado por Navantia, Airbus, la Universidad de Cádiz, la industria auxiliar y el ‘cluster’, naval supone la unión de dos grandes sectores estratégicos para fortalecer el I+D. Hasta ahora, el sector naval y el aeronáutico han investigado por separado, pero se ha llegado a la conclusión de que sus distintas áreas de trabajo en materia tecnológica pueden ser complementarias.

La presentación del nuevo centro se hizo, precisamente, en la factoría de Airbus en Puerto Real. Desde luego no fue casualidad. Airbus goza de un prestigio mundial en cuanto a la incorporación de nuevas tecnologías en su sistema de producción y es un ejemplo de investigación y desarrollo en los procesos de producción. El binomio investigación más tecnología le permite contar con uno de los centros de trabajo más sofisticados y competitivos del planeta.

El presidente de Navantia aludió en sus palabras a esa carrera tecnológica emprendida por Airbus hace ahora más de 30 años y a la que los astilleros se engancharán en breve.

Sin embargo, el panorama que presentó Revuelta choca, en cierto modo, con la realidad. La aplicación de este nuevo sistema de producción implica una plantilla formada en las nuevas tecnologías y, sobre todo, más joven que la actual.

Los sindicatos sospechan que la compañía pretende adelgazar la plantilla y ampliar la subcontratación

La plantilla de los astilleros gaditanos supera el medio siglo de vida y, de momento, no hay perspectivas de regeneración para incorporar savia nueva a las tres factorías de la Bahía. La edad media de sus trabajadores se sitúa entre los 52 y 55 años.

Casi la mitad del contingente ha superado el ecuador laboral y muchos de ellos ya orientan su futuro más inmediato hacia la soñada jubilación. De hecho, buena parte de la plantilla estará en edad de abandonar el tajo justo cuando los astilleros recuperen la carga de trabajo perdida.

Esta es una de las asignaturas pendientes que tendrá que resolver en breve la dirección de Navantia para garantizar sin problemas los plazos de entrega de los contratos.

Las tres plantas de la Bahía suman 1.800 empleados, de los que el 48% son operarios, un 28% forman parte del personal administrativo y de gestión y el 24% restante corresponde al cuerpo de ingenieros y técnicos. El contingente más numeroso de la plantilla se concentra en la planta de Puerto Real, con el 53%, seguido de la factoría de San Fernando, con el 18%, y un 14% en la unidad de Reparaciones del astillero de Cádiz. El 15% restante forma parte de los servicios compartidos.

El envejecimiento de la plantilla ha sido progresivo. Los portavoces sindicales llevan varios años lanzando mensajes de alerta sobre el peso y paso de los años entre la mano de obra y la ausencia de carga e trabajo, sin embargo, la empresa ha optado por aguantar el chaparrón de la inactividad sin tomar medidas para rejuvenecer la edad media de sus trabajadores. Las pérdidas estructurales de Navantia han impedido acciones directas en este sentido.

Las palabras de Revuelta el pasado martes en Puerto Real han sido recibidas con escepticismo entre los trabajadores gaditanos, que ven como la industria auxiliar acapara cada vez más carga de trabajo. En este sentido, sospechan que los planes de Navantia pasan por adelgazar la plantilla y subcontratar más actividad.

Por otro lado, este periódico ha podido saber que la puesta en marcha del denominado plan ‘Astillero 4.0’ no es inmediata, es decir, su implantación compete a otra generación de trabajadores.

Uno de los máximos responsables de este plan es, precisamente, el director del Centro Tecnológico de Navantia, Ángel Recamán, quien se ha encargado de explicar en varios foros el contenido del proyecto. Así, Navantia, según su opinión, ha iniciado el camino para adaptarse a los retos de incorporar las más modernas formas organizativas y técnicas de construcción naval. Destaca la digitalización de los procesos productivos, la mecanización y la especialidad de la mano de obra.

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