El lugar que el sol elige para morir

De todos es conocido y no hace falta ni siquiera venderlo. Las playas de Cádiz son de las mejores del mundo, ahí están en casi todas las listas que se realizan en estas fechas por medios y empresas especializadas en turismo. Más aún en lo que se refiere al atardecer, ya que la paleta de colores que pintan los cielos de la costa gaditana no deja a nadie indiferente.

Pero, existen otros lugares, rincones en la propia Bahía en los que contemplar el atardecer deja una sensación especial, que apenas se puede describir. Cádiz, El Puerto, Chiclana, San Fernando, Puerto Real... Cada uno cuenta con lugares emblemáticos, algunos más conocidos y otros menos, en los que sentarse a ver como el sol se apaga es más que suficiente.

Y es que es en estos lugares donde el sol elige morir cada tarde.

Y en la Tacita de Plata, entre el mar y la ciudad hay un castillo, el de Santa Catalina, en el que ver la puesta de Sol es una experiencia única. Desde allí el horizonte se desdibuja y el sol parece bañarse en un agua cristalina y mansa mientras se acunan las estrellas. La Caleta, el campo del Sur o la totalidad del Paseo Marítimo. Casi cualquier rincón muestra un atardecer especial, que llama la atención y del que se puede disfrutar paseando, sentado o en una de las múltiples terrazas de la ciudad.

Es uno de los momentos más mágicos para dejarse envolver por el casco histórico de la ciudad y divisar entre sus calles el fondo rojizo que va impregnando el cielo. Uno de los instantes que más buscan los turistas en la ciudad y que no se puede dejar escapar, que se debe vivir y sobre todo sentir.

El sol se pone flamenco

En San Fernando existe un lugar en el que se aprecia toda la Bahía. Situado en el barrio de La Casería y conocido por el bar ‘El Bartolo’, que se inunda cuando sube la marea, se puede ver un atardecer con la silueta de Cádiz y el nuevo puente con un mar en el que rebotan los colores y hace que el rojizo sea aún más intenso. Otro de los lugares es desde el Paseo de Bahía Sur, donde además cada viernes se ameniza con Baile Flamenco.

Aunque si se prefiere sentir la naturaleza y caminar mientras el sol se pone, entonces no se puede evitar hacer alguno de los múltiples senderos entre salinas y esteros que rodean a la ciudad. Especialmente llamativo para el atardecer es de la Salina Tres Amigos, donde se puede además ver según la época del año multitud de especies de aves. Otro es el de la Punta del Boquerón, bordeando la playa de Camposoto y desembocando en el final del caño de Sancti Petri, donde ver el inmenso castillo donde se dice que guarda el cuerpo de Hércules.

Y es este castillo, entre Chiclana y San Fernando, otros de esos lugares especiales donde el atardecer se deja sentir. Incluso existe una programación de eventos para aprovechar este momento del día con catas, gastronomía y música.

Quizás el barrio pesquero de Sancti Petri sea uno de esos lugares donde el atardecer se llene de matices y contrastes. Otro es en la conocida como Loma del Puerco, teniendo a los pies toda la playa y viendo como el Sol lentamente se esconde en el mar para desaparecer y dejarlo todo a oscuras. La ermita de Santa Ana es otro de esos espacios con encanto que al vestirse con los últimos rayos de Sol, luce todavía más.

Los paseos marítimos, los miradores, las salinas... Hay multitud de posibilidades y más aún ante la cantidad de complejos hoteleros que existe en la ciudad, teniendo como referencia las puestas de Sol y ese instante mágico en el que la noche se comienza a vivir.

Atardecer sobre el río del Olvido

En El Puerto se quiere aprovechar el río para hacer un paseo marítimo, y es que precisamente las puestas de sol en este lugar, teniendo a escasos metros el centro, pinta el agua y el cielo de colores que despiertan los sentidos. Aunque también se puede dejar llevar por esos colores entre las calles del casco histórico, sobre todo entre las murallas del Castillo de San Marcos.

El Paseo marítimo de Valdelagrana con su multitud de posibilidades gastronómicas, es otro de esos lugares donde terminar el día y comenzar la noche se mezcla de sabores y olores. Son olvidar Puerto Sherry, en el que dejarse llevar por el ambiente marinero y ver cómo se colorean los blancos veleros que descansan allí atracados.

Y si se prefiere perderse entre la naturaleza se cuenta con el parque de Los Toruños. Allí el atardecer se rodea de salinas y esteros y se cuenta con diferentes caminos que recorrer en bici, otra forma de que el atardecer sorprenda, más aún si se hace desde alguno de sus miradores.

Es cierto que el sol se pone cada día, pero en Cádiz existen diferentes maneras de ver la puesta de sol. Unos atardeceres con distintas tonalidades, maneras de vivirlo y disfrutarlo, pero unos atardeceres que hacen que la Bahía de Cádiz sea única con la última luz del día.