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Adrián Vázquez fue atropellado en Conil en julio de 2015. - LA VOZ
TRIBUNALES

«El conductor sigue haciendo su vida mientras que Adrián lucha por recuperarla»

La familia del joven lebrijano que fue atropellado en Conil hace año y medio sigue batallando en los juzgados para que el caso se esclarezca

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Se cumple ya casi año y medio desde que la vida de Adrián Vázquez Dos Santos y la de toda su familia cambió por completo. Este joven lebrijano fue atropellado en Conil a las siete de la mañana cuando atravesaba la Avenida del Atlántico por el coche que conducía otro joven. Adrián, de 25 años, pasaba con dos amigos las vacaciones en la localidad gaditana. Todo ocurrió cuando tras salir por la noche decidieron ir a ver amanecer a la playa. Al atravesar la calle «por un paso de peatones» un coche «a gran velocidad» se lo llevaba por delante y del fuerte impacto lo desplazaba «unos diez metros». Según aseguran en la denuncia los amigos de la víctima testigos presenciales del suceso, el conductor «no frenó después del atropello, dándose a la fuga».

Sin embargo, el supuesto autor del atropello sí acudió a la Comisaría de la Policía Local «horas después» para reconocer su autoría. Como declaró, se fue del lugar «asustado, al ver a los amigos de Adrián correr hacia él». Aún así, la familia de la víctima niega tal extremo, cree que el conductor actuó de forma «negligente y temeraria» y lamenta que no fuera detenido entonces, ni que se le retirara el carnet de conducir. Mientras que un juzgado de Chiclana sigue con la instrucción del caso, el presunto autor de los hechos está en libertad con cargos.

«Estamos indignados», cuenta Pilar Vázquez, hermana de Adrián. «Ya ha pasado mucho tiempo y no vemos que se avance. Se han aportado numerosas pruebas y testigos pero, de momento, nada», lamenta. «Eso sí. El conductor sigue tan normal, tan contento, haciendo su vida, mientras que mi hermano lucha por recuperarla».

Tiempo perdido

Según han asegurado varios de los testigos de la acusación, el impacto fue tan fuerte que llegó a desplazar a Adrián varios metros. «Fue brutal». Su recuperación es lenta. Costosa. «Sé que mi hermano se va a recuperar y va a ser el de siempre. Ojalá un día sea él el que hable contigo...», dice Pilar. «Pero para eso queda tiempo todavía, un tiempo que está perdiendo de su vida y que nadie le va a devolver jamás».

Adrián junto a su madre
Adrián junto a su madre - LA VOZ

La situación de esta familia de Lebrija cambió de la noche a la mañana por culpa de este revés inesperado. De que Adrián estuviera en ese lugar y segundo allí. «Acababa de conseguir su plaza de profesor en Málaga, estaba feliz, celebrándolo con sus amigos...». Hasta que ese 24 de julio se paró todo.

«No puedo explicar el terror que estamos viviendo. No hay palabras», cuenta su madre. «Ya después de lo que nos ha pasado no le temo a nada ni a nadie». Pilar Dos Santos explica emocionada como aquella madrugada de verano les ocurrió «lo peor que puede pasar un ser humano»: ver cómo la vida de un hijo pende de un hilo. Aún así, no se rindieron. Según cuenta, se armaron de fuerza para seguir combatiendo. Primero, en el hospital Puerta del Mar, donde el chico ingresó en urgencias crítico, luego en Badalona, donde se desplazaron para seguir de cerca la evolución del joven en una clínica especializada en pacientes en coma.

Y ahora, en Sevilla. Poco a poco», Adrián sigue curándose. Pero, de momento, y a pesar de que ha pasado un año y medio, sus padres no se despegan de él y no han regresado todavía a Lebrija. A casa. «Desde aquel día no la he vuelto a pisar. No entraré por esa puerta sin él», afirma Pilar con una fuerza que, asegura, le sigue saliendo por y para su hijo.

La batalla de los Vázquez Dos Santos no se limita únicamente a a apoyar al pequeño de sus tres hijos. También está la lucha legal. Y judicialmente, además de denunciar al supuesto responsable de los hechos, han presentado una acusación contra los policías que actuaron en el siniestro. Entienden que los actuantes cometieron presuntamente prevaricación, falsedad documental y omisión del deber de perseguir delitos.

Atestado «insuficiente»

En este sentido, aseguran que cuando se produjo el accidente y los agentes llegaron al lugar del atropello, y a pesar de que había muchas personas presentes, no solicitaron a los testigos que se identificaran, tanto para poder haberles pedido su testimonio 'in situ' como para citarlos posteriormente a declarar. «En el atestado sólo se recogen los nombres, ni siquiera la dirección, de los dos amigos que iban con Adrián». Viendo que pasaban dos días y nadie les llamaba, fue a petición del padre del joven que estas dos personas se personaron de manera voluntaria en la Jefatura. Según lamentan, «se han perdido testificales».

Además, denuncian que en el atestado no se recogió «ni una sola indagación o dato relativo al vehículo que lo atropelló». Como manifiestan, los agentes no le preguntaron a los testigos datos importantes como el modelo del coche, el color, la matrícula... «nada para identificar el vehículo fugado».

Por otro lado, no comprenden cómo tras el atropello y la personación del investigado en el cuartel, se le dejó en libertad, condición en la que continúa, y que no se le realizara un test de consumo de drogas, como sí se le hizo a Adrián.

«Lucharé por él con uñas y dientes. Lo que le ha ocurrido no es un accidente y llegaré al fondo de esto aunque en ello entregue mi vida. No dejaré que al final sea un atropello más», promete su madre.

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