Manifestación por el cambio de las cubiertas.
Manifestación por el cambio de las cubiertas. - C. C.
EDUCACIÓN

Cientos de alumnos de Cádiz volverán a las aulas bajo la amenaza del amianto

La Administración no puede sustituir todas las cubiertas del colegio Reggio de Puerto Real con casi 400 niños para el inicio del próximo curso

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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El próximo curso tendrá otro foco caliente en Puerto Real, en el Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Reggio. De forma generalizada, la mayor parte de las reivindicaciones durante el pasado curso escolar se concentraron en las cubiertas de amianto que aún perviven en los centros educativos de Cádiz.

El último caso y más sonado es el del citado centro puertorrealeño, un colegio en el que estudian casi 400 alumnos y cuyas madres y padres se han puesto en pie de guerra para urgir a la Administración educativa a sustituir los techos escolares para ofrecer garantías de salubridad a sus hijos.

Esta semana pasada el delegado de Educación de la Junta de Andalucía en Cádiz, Juan Luis Belizón, anunció a los medios que los techos de un porche y un pequeños aulario habían sido sustituidos cumpliendo el mandato del equipo técnico público que realizó un estudio tras las denuncias de la Asociación de Madres y Padres de Alumos (Ampa) del Reggio.

Pero las familias de estos 400 niños piden más. De hecho, encargaron un estudio, costeado por ellos mismos, a una empresa privada cuyos técnicos « sí que se subieron al tejado del colegio, no como los de la Delegación de Educación de Cádiz, y determinaron que la vida útil de la uralita instalada en el tejado principal ha expirado y hay que retirarla para evitar poner en peligor la salud de los niños», explica la presidenta de la Federación Local de Ampas de Puerto Real, Aurora Salvador.

Por su parte, Belizón alega que la Administración ha de cumplir unos procedimientos y unos plazos. Apunta que a partir de septiembre, el equipo técnico de Educación realizará un estudio completo y que si el informe técnico apunta hacia un posible peligro para la salud de los niños se sustituirán todas las cubiertas, «pero esto habrá que hacerlo a través de concurso público, con los plazos que conlleva». Es más, el mismo delegado apuntó que en este caso, se reubicaría al alumnado en otras dependencias municipales.

Sin solución ni acuerdo

Pero septiembre se echa encima y nadie ha aclarado si el alumando debe acudir o no a este centro. Desde Delegación parecen dar por sentado que los padres llevarán a sus hijos al Reggio el próximo día 12, pero durante el periodo de matriculación aumentó el número de solicitudes en otros centros de la localidad, en desbandada ante un posible pelibro para la salud de los pequeños.

Sólo en el CEIP Arquitecto Leoz han registrado 12 preinscripciones; cinco de ellas en segundo de Infantil, dos en tercero de Infantil; tres en primero de Primaria y una en cuarto y sexto de Primaria. Lo habitual es que un centro de este tipo registre un par de ellas por traslados de domicilios familiares u otras circunstancias excepcionales. Lo mismo ha ocurrido en el CEIP Juan XXIII, a pesar de que desde de las Ampas de estos centros han informado a las familias de que no hay plazas para sus hijos en sus colegios. «Muchos padres han alegado peligro para la salud de sus hijos y, aún así, se les ha denegado», apunta Aurora Salvador.

Antes del verano, las Ampas de Puerto Real intentaron acordar con el Ayuntamiento una posible reubicación «por si llegábamos al punto en el que nos encontramos hoy, sin soluciones de la Junta», pero fue imposible «por falta de apoyo municipal y provincial», apunta Salvador, quien subraya que «incluso se habló de pintar y arreglar un poco el colegio El Trocadero de la carretera Real, que lleva años cerrado, pero que igual podría haber dado servicio durante unos meses».

La misma presidenta de la Flampa apunta desde este medio otras posibles ubicaciones para los alumnos, como las aulas prefabricadas de Infantil y Primaria que se encuentran sin uso en el CEIP Reyes Católicos. «De cualquier manera, ya es tarde para encontrar una solución bien planificada. Los padres están muy, muy preocupados», sentencia.

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