Tribuna

¿Fundaron los fenicios Gadir en 1100 a.C.?

CATEDRÁTICO DE PREHISTORIA Actualizado: Guardar
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Resulta paradójico que cuando muchos aspiran a parecer y sentirse cada vez más jóvenes, como Peter Pan del siglo XXI o el profesor Gustav von Aschenbach, protagonista de 'La muerte en Venecia' de Thomas Mann, tras la visión del joven y bello polaco Tadzio, otros se sientan atraídos por la vejez, experimentando el síndrome de Matusalén, ese anciano bíblico que vivió casi mil años y que es sinónimo de antigüedad. Es lo que sucede también a muchos eruditos y aficionados a la arqueología, para quienes cuanto más antiguo, mejor. Y en ello se empeñan, obviando que no siempre cualquier tiempo pasado es superior en valores al más reciente. La búsqueda incesante de la datación más antigua para la fundación fenicia de Gadir, como máximo logro de la investigación, ha constituido el objetivo más importante y casi único, quedando en segunda línea el significado que supuso la presencia fenicia en la Bahía gaditana y las transformaciones materiales, sociales, económicas e ideológicas de este evento para la Bahía y Occidente. Se trata, al fin y al cabo, del origen de la civilización occidental proveniente en gran parte de la cultura oriental.

Todo proviene de unos textos tardíos, tópicos y confusos para nosotros que han proporcionado debates apasionados y faltos de manifestaciones materiales evidentes hasta que la arqueología, más pausada y serena, ha entrado en acción. El más antiguo procede de Eratóstenes, que vivió entre el 280 y 195 a.C, recogido por Estrabón, doscientos años después, y dice así: «.los cuales -los fenicios- navegaron por fuera de las Columnas de Heracles y fundaron ciudades, no sólo allí, y también en medio de las costas de Libia -África-, poco después de la guerra de Troya». Estrabón, en su libro Geografía, nos informa que las primeras noticias sobre Iberia se deben a los fenicios, «dueños de la mejor parte de Iberia, de la Libia, desde antes de la época de Homero». Y poco después, C. Veleyo Patérculo, en su Historia de Roma, escribe lo siguiente: «.ochenta años después de la guerra de Troya (.), la escuadra tiria, la más poderosa en el mar, en la región más alejada de España, en el extremo del mundo conocido, fundó Cádiz en una isla rodeada por el océano próxima al continente y separada de él por un estrecho. Pocos años después, los mismos fundaron Utica en Africa».

Suponiendo que se haya conocido con certeza la fecha en que cayó Troya -cuestión improbable por ahora-, y transcurridos desde aquí ochenta años, Gadir se fundó hacia 1104-3 a. de C. y poco después Utica -actual Lixus- en el norte de África. Estrabón no se refiere a Troya pero si a Homero, que vivió y escribió con probabilidad en el siglo VIII a.C. ¿Acaeció la fundación de Gadir entre ambas fechas?. He aquí el dilema que ha originado que unos defiendan la datación más antigua y otros la más cercana a Homero, en los siglos IX-VIII a.C., que también sugerían los restos materiales arqueológicos procedentes de asentamientos fenicios mediterráneos y del sur peninsular.

Como ha advertido María Eugenia Aubet, ilustre investigadora del mundo fenicio, ha habido una tendencia desde la época helenística a ennoblecer el origen de algunas ciudades occidentales partiendo del episodio mítico o histórico de la caída de Troya, reflejada por Homero en 'La Iliada'. Lo que ha supuesto una sobrevaloración del poeta como fuente histórica que ha propiciado que se confundan en una sola varias tradiciones relativas al extremo Occidente y se ajusten las cronologías a la época de los héroes homéricos. Se entremezclan así realidad histórica, ficción y pseudoerudicción. Además, el deseo de ensalzar los viajes al remoto finisterre occidental en la mitología hace que la bibliografía helenística se esforzara por hallar héroes epónimos fundadores de colonias. Y esta autora señala que «solo la incorporación helenística del mito de Heracles en Iberia, asimilado a la noticia de remotas fundaciones fenicias en Occidente, y la tendencia, igualmente helenística, a ennoblecer el origen de ciudades del prestigio de Gades, pueden haber justificado la datación del siglo XII a. de C. para la fundación del templo de Gadir, es decir, para la llegada de los fenicios a Occidente. Pero ni conocemos cuándo se produjo la caída de Troya, el episodio básico del poema homérico de 'La Iliada', ni siquiera si este acontecimiento tiene consistencia histórica. El poeta, Homero, y su autoridad, ha creado un hito histórico-temporal, poco consistente, que ha constituido la base de las dataciones de los viajes y fundaciones fenicias occidentales, entre las que se halla la de Gadir».

Los trabajos arqueológicos en sitios fenicios de Occidente, entre los que destaca la isla gaditana, y las dataciones absolutas mediante el C14, han producido respuestas más ajustadas y ciertas a las que han proporcionado las fuentes escritas. En suma, la presencia fenicia más antigua, hasta ahora conocida por restos arqueológicos, se halla en la ciudad de Huelva, datada al menos a mediados del siglo IX a.C. o poco antes. Y pocos decenios más tarde, a finales del siglo IX se fechan los restos exhumados en el Cine Cómico en la isla gaditana. Estas dataciones son coherentes con otras mediterráneas y la fundación de Cartago que, según los antiguos textos tuvo lugar hacia el 814 a.C.

Poco importa la caída de Troya y la fecha de 1100 a.C. para la fundación de Gadir. Lo relevante es su significado. Y con esto queremos decir el comienzo de una época que supuso, a grandes rasgos, el origen de la civilización occidental. Por ejemplo, el comienzo de nuevas tecnologías, de ciudades y sociedades complejas, la escritura, el comercio internacional o mundializado mediterráneo, la introducción y adopción de ideas y creencias religiosas, deidades, templos y rituales. Y una serie de rasgos más que enorgullecen a esta zona como el origen de la civilización occidental europea. ¿Qué más podemos exigir a esta fecha?. Matusalén, o la antigüedad, no es el referente principal.