Tribuna

Los logros sociales están en peligro

PRESIDENTE DE LA ADSP ANDALUCÍA Actualizado: Guardar
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Las organizaciones sociales y la ciudadanía no podemos permanecer impasibles ante los riesgos del sector público que se avecinan como consecuencia de que las agendas políticas, de una forma progresiva, cada vez las marcan más los denominados mercados que no son más que un eufemismo para denominar al capitalismo salvaje y a la economía especulativa, que siendo los responsables de la crisis, desean salir fortalecidos de la misma y lo están consiguiendo. La presión estratégica y planificada del 'capital', en su objetivo permanente de reducir sus costos de producción a la vez que empobrecer a la población para subyugarla con más facilidad incluye de forma no disimulada, la de desmontar el estado de bienestar social y la de acabar con los derechos laborales, ambas cuestiones por el mero hecho de que cuestan 'mucho' dinero y significan poco negocio. Es una posición desde luego inhumana, despiadada y cruel pero que realmente no sorprenden a nadie viniendo de donde vienen. La cuestión es la capacidad de movilización que tengamos los que pensamos de otra forma para enfrentarnos a estos especuladores para que no consigan sus propósitos.

En este sentido, queremos hacer público nuestra oposición a la Reforma exprés de la Constitución con el objetivo de limitar el déficit de las administraciones, lo que va a provocar y legalizar, sin duda, unos recortes del gasto público que pondrán en riesgo logros sociales que se habían conseguido. Y esta oposición es tanto en el fondo como en la forma.

Es una oposición en el fondo, porque limitar el déficit del gasto público en la dinámica actual es recortar presupuestos, lo que va a suponer menos inversión en necesidades sociales. Como siempre, quieren engañar a la población general transmitiendo verdades a medias y sin debate serio. El déficit de cualquier presupuesto económico no sólo viene del gasto sino también de los ingresos. Se puede mejorar el déficit recortando gastos sociales, es cierto, pero también aumentando los ingresos. Es imprescindible una Reforma fiscal a fondo que permita o posibilite la lucha contra el fraude fiscal, de que se apliquen impuestos equitativos y progresivos, de tal manera que los que más tienen más coticen, que los impuestos no sólo afecten a las nóminas, etc. A modo de ejemplo y para no aburrir, bastaría con aplicar una Tasa sobre las Transacciones Financieras, como lleva tiempo reclamando ATTAC España, para que el escenario sea distinto del que nos pintan desde instancias oficiales. Con un modesto impuesto de un 0,1% sobre los intercambios de acciones en Bolsa y sobre el mercado de divisas, la Unión Europea obtendría, cada año, entre 30.000 y 50.000 millones de euros, suficientes para financiar con holgura los servicios públicos, restaurar el Estado de bienestar y ofrecer un futuro luminoso a las nuevas generaciones (Ignacio Ramonet en Le Monde Diplomatique, Nº 191, Septiembre 2011). Además se recorta en gasto con destino social pero no se hacen esfuerzos para eliminar administraciones duplicadas e ineficientes que no sirven para solucionar ninguna necesidad, gastos de representación que siguen siendo de primera en países de tercera, privilegios de la clase política, etc. Es cuestión de sensibilidad y voluntad en el ejercicio de la política.

Es una oposición también en la forma. Cuando llevamos años escuchando argumentaciones sobre la dificultad de modificar la Constitución ahora se modifica sin consenso político, en verano y con una legislatura que se extingue. Es también fruto de una dinámica histórica que no sabemos modificar: de las monarquías o de las dictaduras absolutistas se pasó a los sistemas democráticos pero también éstos se están degenerando. De la democracia se evolucionó a la partitocracia y ahora se ha profundizado: basta que 1 ó 2 personas, líderes de los partidos mayoritarios, decidan algo para que todos los ciudadanos callen y acepten sus decisiones: «no lo entendéis, no lo compartís.., pero nosotros sabemos que lo hacemos por vuestro bien». Ha nacido la lidercracia absolutista, cada vez más cercanos al Emperador romano.

Los defensores del sector público, de los servicios públicos, del Bienestar social tenemos que reaccionar de forma rotunda porque están en juego logros que han costado muchos esfuerzos y mucho tiempo conseguir, pero que mientras decidan 'los mercados' seguirán siempre en peligro, si los dejamos hacer.