TRIBUNA LIBRE

Las lágrimas de Mohamed VI

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con la muerte de Rayan, el niño víctima del trágico error hospitalario, el monarca alauita ha dado la verdadera dimensión de su controvertida personalidad al preocuparse expresamente por esa muerte cuando no lo hace con los miles que mueren todos los años tratando de buscar una vida mejor que la que tienen en su país.

Son lágrimas de cocodrilo, de utilización política con las que pretende dar una imagen de dolor que no tiene ni dentro ni fuera de sus fronteras. Mohamed VI ha venido a preocuparse del único súbdito que no necesitaba de su ayuda y cuya muerte no era de su responsabilidad, pero si lo suficientemente dramática y mediática como para que el soberano alauita haya intentado aprovecharse de ella para darse un baño de humanidad que no tiene con el resto de su pueblo.

Tampoco muestra el más mínimo dolor o preocupación por los miles de niños marroquíes desarraigados que abarrotan los centros de menores de Andalucía, Canarias y otras comunidades a pesar de haber firmado y cobrado convenios, pagados por España, para facilitar la identificación de sus familiares para poder devolverlos. No sólo no hacen nada para que vuelvan los menores sino que están esperando que el gobierno español les financie, España siempre pagando, la construcción y dotación de centros de menores en territorio marroquí. Los gestos del monarca marroquí son siempre interesados como cuando invitó a Zapatero, entonces líder de la oposición y lo fotografió delante de un mapa de Marruecos donde Ceuta y Melilla figuraban como territorio marroquí. Lo utilizó para mandar a Aznar una reivindicación que no se atrevió a decirle directamente.

El rey de Marruecos no da puntadas sin hilo. Ha cobrado de España todas las medidas que se le han propuesto para evitar la salida de pateras. Se ha beneficiado de abundante material para ese menester y como puede comprobarse siguen saliendo.

Aquí en nuestras costas vivimos y sufrimos como nuestras las demasiadas tragedias de las pateras. Exigimos a nuestros gobiernos que pongan más medios para evitarlas y para dar la más rápida y eficaz ayuda humanitaria. Acogemos a los menores y los educamos y formamos. Damos trabajo y bienestar a gran parte de los que vienen. Nos preguntamos qué hace el rey de Marruecos por sus compatriotas y subsaharianos. Lastimosamente les hace pasar un calvario durante la travesía por tierra hasta las costas. Les permite unas salidas suicidas y cobra de España para que no salgan. Las mafias de la inmigración no encuentran impedimento y también pagan. No hemos oído a nadie clamar por los cuerpos que aquí quedan. Pero ha habido uno, solo uno, Rayan, que ha merecido la atención de su rey. Nos preguntamos si le habrá sacado partido a ese gesto. Nosotros lo despreciamos.