TRIBUNA

La memoria histórica. Un debate aún no cerrado, una herida aún abierta

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hace días, El Roto, en su chiste semanal, dibujaba una zanja en la que trabajaban dos operarios y decían: «Ha dicho el Jefe que si aparecen fusilados cerremos la zanja echando leches». Hace días también recibía la llamada de un gaditano, hijo de un fusilado que permanece en el Cementerio de San José, que desesperado me pedía que hiciera algo, que se siente impotente, que «nadie hace nada». Me pedía que, al igual que habíamos exhumado un grupo de mujeres en Grazalema, hiciéramos lo mismo en Cádiz. Hace días también leíamos con cierta estupefacción que el Juez Garzón era denunciado por haber iniciado la causa contra el Franquismo. También que una jueza de Zamora ordenaba la exhumación de una fosa. Por primera vez, la justicia actuaba.

Desde Diputación, modestamente, durante esta legislatura, hemos puesto en marcha un Servicio de Recuperación de la Memoria Histórica. Recientemente, en Grazalema participábamos en la inhumación de un grupo de mujeres y un adolescente que habían sido exhumadas de la llamada Fosa de las Mujeres. Fueron detenidas, interrogadas, torturadas, asesinadas y, finalmente, arrojadas, ni siquiera depositadas, en un Alfanje de carbón. Algunas de ellas, embarazadas. Pudimos asistir a lo que ha sido el «cerrar definitivamente una herida» que permanecía abierta desde hacía más de 70 años. Ninguno de los familiares ha reclamado justicia. Nadie tampoco ha exigido identificaciones. Se han conformado con poder enterrar «dignamente a sus familiares». El Ayuntamiento ha demostrado durante todo el proceso una sensibilidad exquisita y de respeto. También Diputación ha subvencionado algunos otros proyectos. Barbate ya no es de Franco decía un titular. Se ha cambiado el callejero franquista. En la vidriera del Ayuntamiento ya nunca más se leerá Francisco Franco Bahamonde. Era un insulto a la ciudadanía de Barbate. Torrealháquime podrá exhumar a un grupo de vecinos enterrados en una fosa común. Cerraremos otra herida aún abierta. Hemos recopilado de nuestro carnaval 2008 algunas de las letras que han reflejado distintas sensibilidades sobre el tema en el CD El carnaval de la Memoria. Atendemos, orientamos, escuchamos, en la medida de nuestras posibilidades, a víctimas y familiares de víctimas del franquismo.

Probablemente estas actuaciones molestan a algunas personas o colectivos: siguen pensando que es abrir viejas heridas. Decía Paul Preston en unas declaraciones recientes que el Auto sobre el Franquismo del Juez Garzón en el que se inhibe, es el relato más completo y documentado de los horrores de la dictadura franquista. Véanse por ejemplo los distintos «resultandos» en los que se describe el secuestro por parte de los Servicios Exteriores de Falange Española de los llamados «niños perdidos del franquismo». O las distintas actuaciones y experimentos del psiquiatra Vallejo Nájera sobre las mujeres «rojas» (merece la pena ser leído).

Hemos abanderado la defensa de los Derechos Humanos en distintos países. Recuérdense los casos de Pinochet o Scilingo. Sin embargo, en nuestro país, aún somos «inmaduros», «injustos». Probablemente exista un sentimiento colectivo de culpabilidad, de vergüenza, de no querer abordar de manera clara y limpia nuestro pasado «vergonzante». No es admisible que aún la España Democrática mantenga una deuda o bastantes deudas con las víctimas de una injusticia. Que estas víctimas se sientan desatendidas o indefensas, que la justicia no les ampare. Es necesario que desde el Gobierno Central se desarrolle de manera rápida la Ley de Memoria Histórica. Desde el ámbito local o provincial también podemos hacer más de lo que aparentemente se puede. El trabajo que realiza la Diputación así lo viene demostrando.

En una de las escenas de la película El lector, uno de los alumnos de derecho, alemán, le pregunta a su profesor, alemán, ante la barbaridad del Holocausto: «¿ Y ustedes qué hicieron para evitar eso?» No hubo respuesta. Ellos al menos lo abordaron, lo estudiaron, cerraron sus heridas. Nosotros aún mantenemos en abierto nuestro pasado reciente.