Apuntes

Evento de primavera

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De un tiempo a esta parte es tal la abundancia de iletrados entre nuestros políticos, sindicalistas, periodistas, escribidores, hosteleros, carnavaleros y futboleros, cofradieros, clérigos y laicos, que lo de evento -su uso, abuso y mal uso- está a la orden del día. Según el DRAE -con la venia de sudamericanos- evento es «eventualidad, hecho imprevisto, o que puede acaecer». Así que nada de llamar evento a cualquier cosa, acto, acontecimiento, supuestamente extraordinario, preparado con antelación, programado y anunciado -con publicidad electorera- por los promotores del mismo. Sea éste un carrusel de coros, una magna de cofradías, un acto académico, un derby (en inglés, carrera de caballos) futbolero local o provincial, una gran regata o, incluso, los «grandes eventos de cara al Doce»... Lo curioso es que -aquí, ahora- a algunos trabajadores «que no pertenecen a la plantilla de una empresa» se les llama eventuales y hasta ex-eventuales... A estos progres iletrados habría que recomendarles que «posaran sus ojos» sobre Machado y su Juan de Mairena en clase de Retórica y Poética:

-Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: «Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa». El alumno escribe lo que se le dicta.

-Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético. El alumno, después de meditar, escribe: «Lo que pasa en la calle».

Mairena. -No está mal.

Bueno, pues eso. Que en «El Sotillo», en Chiclana, Pizarro y Aido, miembro y miembra, han presidido el Gran Evento de la Primavera. Lo que pasa en la calle.