A BARCELONA. Muchos aficionados cadistas se desplazaron ayer hasta la Ciudad Condal en tren. / ANTONIO VÁZQUEZ
Cádiz C.F.

El templo del fútbol exige un gran milagro

El Cádiz llega a Barcelona con la idea de no formar parte de la fiesta blaugrana pese a su papel secundario La vuelta de Berizzo y De la Cuesta al eje de la zaga, principal novedad en un once en el que Lobos es duda

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Los vestuarios que hace apenas tres días despidieron a todo un Milan de Ancelotti recibirán esta noche a un equipo con una etiqueta diametralmente opuesta a la escuadra rossonera. La humildad y la sencillez se apoderarán de un vestuario donde días atrás todo era glamour. Así pues, los Pavoni, Raúl López, Varela y compañía ocuparán las taquillas que días atrás utilizaron los Maldini, Seedorf, Inzaghi, Shevchenko...

Pero lejos de quedarse a mirar obnubilados el lugar donde 72 horas antes se frenaron las ilusiones europeas del Milan, los hombres de Víctor Espárrago llegarán a Can Barça eclipsados por la reciente clasificación a la gran final de la Champions del conjunto local. Como convidados de piedra. Así llega un equipo amarillo a un estadio ansioso por felicitar de nuevo a sus jugadores por el reciente logro continental. Y claro, para que sea redonda la celebración, que mejor que brindar con una cómoda victoria ante un equipo que ocupa puestos de descenso.

Desde la Ciudad Condal, todo está preparado para la fiesta local. De ganar, los hombres de Rijkaard podrían celebrar virtualmente el campeonato liguero ante su afición a la espera de un tropiezo valencianista mañana en Mestalla. Además, los preparativos se han llevado a conciencia. Todo está listo. Así, tendrá lugar la reaparición de Xavi tras dejar atrás la lesión que sufrió en diciembre. Este regreso del capitán ante su afición tendrá a las televisiones autonómicas como testigo directo dentro de un guión programado en esta proclama blaugrana. Y en medio, el Cádiz, relegado al mero papel de comparsa contratada para animar la fiesta.

Este viene a ser el clima que desde esta tarde se respirará por los aledaños del estadio culé. De hecho, del conjunto de Espárrago apenas se ha hablado los días posteriores a la semifinal europea entre Barcelona y Milan. En Barcelona sólo se habla del Arsenal, de cómo ir a la final de París, de la recuperación de Xavi, de las recaídas de Messi allá en la Argentina, y por supuesto, de la crisis que azota al Real Madrid. Por hablar, se habla hasta de la Final Four que ayer perdía el equipo de baloncesto en Praga... Pero de los que visten de azul y amarillo y que esta noche se presentan en Can Barça, nada de nada.

Sin embargo, no por esto el Cádiz viaja tranquilo al templo del fútbol culé. Ni mucho menos. Eso sí, desde la Tacita de Plata se avisa que allí no se irá de turismo. «Nos estamos jugando la vida, y eso lo tendrán que saber desde el minuto cero», decía el jueves Fleurquin para dejar entrever que el Cádiz enseñará las uñas en los primeros compases del encuentros para que los blaugrana no crean que la fiesta le resultará tan fácil. Algo que viene a sonar a «si queréis ganar y festejar el hipotético alirón a costa nuestra lo haréis con algunas marcas en las piernas». Son éstas las ideas que refleja el vestuario amarillo en boca de Fleurquin.

Con esa premisa, el Cádiz debe salir enchufado desde el primer segundo de juego. Los de Espárrago son conscientes de que la única forma de hacer algo positivo en Barcelona es no cometer ni un error y aprovechar los pocos que puedan cometer los barcelonistas.

Para entorpecer el fluido juego de la máquina de Rijkaard, Víctor Espárrago confiará el centro del campo al doble pivote que ha terminado por perpetuarse en el once. Bezares, tras recuperar la titularidad en el segundo tiempo frente al Deportivo, volverá a formar pareja en la medular junto a Fleurquin, quien ya conoce lo que es marcar en el Nou Camp. Lo hizo con el Galatasaray turco en la primera fase de la Liga de Campeones 2001/02 en un partido que acabó con empate a dos. Este doble pivote será la avanzadilla de una zaga que sufrirá los cambios en el eje debido a las lesiones de Paz y De Quintana. Por esto, la defensa estará formada por Vella y Varela en los laterales; y Berizzo y De la Cuesta como pareja de centrales. Las bandas volverán a ser ocupadas por Enrique y Jonathan Sesma y Pavoni volverá a hacer las veces de enganche. Las dudas están sembradas especialmente en la presencia de Lobos, quien a lo largo de la semana ha sufrido unas molestias musculares venidas a menos. El hecho de que finalmente el partido ante la Real se juegue el miércoles puede ser motivo suficiente para que Espárrago reserve al argentino dando entrada a Oli en la punta del ataque.

Con este equipo, el Cádiz espera no defraudar a los gaditanos desplazados a Barcelona y, cuanto menos, ilusionar como ya hiciera en el Bernabéu al inicio de la segunda vuelta a una afición que esta noche tomará aire antes de afrontar tres jornadas de infarto.