Aún estamos aquí». Con el propósito de transmitir esta idea se concentró ayer en la entrada principal de las instalaciones de Delphi la práctica totalidad de la plantilla de la fábrica. En la jornada de ayer se cumplió un año desde que la dirección de la empresa comunicó a los representantes de los trabajadores que la compañía había acumulado 150 millones de euros en pérdidas y que, como consecuencia, se cerraría la fábrica. El día del aniversario fue laborable, por lo que para el colectivo de afectados se trataba de una jornada lectiva en la que debían asistir a los cursos de formación que se les imparte como parte del proceso de recolocación. A pesar de ello, la práctica totalidad de afectados -que suman 1.902- acudió a la concentración.

La llamada a esta cita no partió de ningún sindicato. No tuvo su origen en ninguna asociación ni organización. Un ex trabajador planteó la idea en un foro de internet y la convocatoria fue abrazada de inmediato por el colectivo. Y no sólo acudieron los antiguos empleados de la factoría o de la industria auxiliar, varias decenas de esposas acompañaron a sus parejas en este recordatorio a las administraciones.

Campaña

Recién iniciada la campaña, con este acto irrumpe el conflicto de Delphi en el proceso electoral. No hubo consignas y tampoco discursos ni comunicados. Eran más de millar y medio de personas concentradas a las puertas de la fábrica para llamar la atención de los candidatos a la Presidencia del Gobierno y de la Junta de Andalucía; para recordarles que cuando tomen posesión los elegidos por los ciudadanos en las urnas aún estará pendiente la recolocación prometida por las administraciones anteriores.

Pero no todos estaban de acuerdo con esta iniciativa. «Algunos sindicatos no querían que viniéramos porque no quieren perjudicar al PSOE en las elecciones», comentan entre sí los antiguos operarios. «Lo que pasa es que no les gusta que hagamos algo que no sean ellos los que lo manejen», contesta otro. El que fuera secretario de la sección sindical de UGT en la fábrica, José Barriga, señaló recientemente que «lo que menos se merece Delphi es que le hagamos un homenaje». «Es que no se trata de una conmemoración ni nada de eso, es un recordatorio de que las cosas no están aún solucionadas», zanja un tercero.

Ha sido un día de reencuentros y abrazos. Muchos compañeros hacía meses que no se veían después de años trabajando codo con codo. El ambiente entre los trabajadores no es de pesimismo. «La Junta cumple, por ahora», dicen, pero desconfían y la inquietud permanece.

jlopez@lavozdigital.es