TRIBUNALES
El supuesto ladrón de la joyería Gordillo: «Ese no soy yo»
Tamur A., el acusado del asalto, niega que participara en el robo, que vino a Cádiz por un «viaje de placer» y no se reconoce en las imágenes que grabaron las cámaras de seguridad
Tamur A., el estonio acusado de haber formado parte de la banda de ladrones que robó en la joyería Gordillo de Cádiz se sentaba este viernes en el banquillo. Lo hizo acompañado de una intérprete que le iba traduciendo todo lo que acontecía en la sala.
Durante su declaración, Tamur A., de momento el único inculpado y que tras ser detenido se encuentra en prisión preventiva, negó haber formado parte de una banda criminal dedicada a los robos y que su viaje a Cádiz fuera para tal fin. El procesado confirmó que estuvo en la ciudad esos días (del 3 al 5 de abril del pasado año) pero que su estancia se debió a un «viaje de placer» que estaba haciendo por media Europa y que duraba 25 días. Según contó solía hacer viajes cada dos o tres meses. A preguntas del Ministerio Fiscal, explicó que se dedicaba a la construcción y que podía llegar a ganar al año de 18.000 a 20.000 euros pero que los itinerarios que hacía eran «de bajo coste».
Según su relato a su llegada a Cádiz se hospedó en el hostal Bahía de la calle Plocia y que tras visitar la ciudad tenía pensado ir hacia Madrid. Su estancia duró dos días. El primero de ellos dijo que salió poco, «a dos ó tres bares», y el segundo (el día del robo), como llovía, se quedó «bebiendo y trabajando en la habitación» . Además negó que entregara una identidad falsa al registrarse, tal y como apuntan las investigaciones, y que hiciera una llamada a 'su jefe' cuando el recepcionista le comunicó el precio de la estancia.
En la vista las partes y la jueza visionaron junto al acusado varias imágenes en las que supuestamente se le ve oculto bajo una gorra merodeando la zona de la joyería e incluso viendo el escaparate el día anterior del robo. Tamur no se reconoció en dichas imágenes y afirmó que «nunca lleva las manos en los bolsillos» en referencia al individuo que aparece en las grabaciones de las cámaras de seguridad que le mostraron. «No soy yo, no soy yo», repitió.
En cuanto al día del atraco insistió en varias ocasiones que no había salido del hotel aquella tarde cuando se perpetró el robo y descartó seguir respondiendo a las preguntas de la fiscal sobre este asunto.
Muestras recogidas de las telas, la palanqueta y de un paraguas... y un robo ya repetido
Como se recordará, el asalto a la joyería de la calle San Francisco se produjo una tarde lluviosa a principios de abril de 2016. Fue el día 4. Justamente a las 18.58 horas, tres hombres de apariencia nórdica, camuflados con gorras e incluso alguno con vestimenta militar, asaltaron el establecimiento.
Fue en cuestión de unos dos minutos. Uno de ellos se encargó de tapar con una tela negra y ventosas el escaparate para que no se viera desde fuera lo que hacían. La Policía sospecha que este individuo era el que dirigía la operación. El ADN que se extrajo coincide con el que se encontró en el anterior atraco en 2011 por lo que todo apunta que esta persona ya conocía el local y pudo dar instrucciones a los otros dos.
El trabajo policial con respecto a este sospechoso se hizo pero el problema para su identificación transciende al terreno institucional ya que no existe un acuerdo con Estonia para poder cruzar estos datos con la base del país báltico, lo que ha supuesto un evidente lastre para poder coger a los otros dos autores.
Ante la jueza, el agente de la Científica que tomó muestras aseguró que recogieron dichos indicios de los dos trozos de tela que pusieron en el escaparate, de la palanqueta que supuestamente Tamur A. dejó en la tienda en el suelo y de un paraguas que también dejaron en la huida. El ADN correspondiente al único procesado se tomó de la palanqueta.
