Mesa de Industria celebrada en la Casa Pemán
Mesa de Industria celebrada en la Casa Pemán - V. LÓPEZ
CÁDIZ ES FUTURO

El sector industrial de Cádiz exige con urgencia una formación eficaz

LA VOZ cita a expertos y empresarios, quienes subrayan la importancia de establecer un sistema formativo eficaz para ser competitivos

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Cádiz vive en una eterna lucha por mantener su actividad industrial. Pero ahora parece que sopla el viento a favor, los agentes industriales coinciden en señalar que se ha tocado fondo en esta profunda crisis que se inició en 2007. La llegada de contratos como los de los cuatro petroleros, que aseguran carga de trabajo hasta finales de 2018 en la planta de Puerto Real dan pie a la esperanza. Todo un símbolo de la recuperación de la construcción naval civil que se perdió en Cádiz a finales de los noventa.

Hay motivos para la celebración pero también hay mucha autocrítica en este sector tan gaditano, vinculado a su historia económica reciente. Al menos, esta es una de las conclusiones extraídas del Laboratorio de Ideas enmarcado en el ciclo ‘Cádiz es futuro’ de este periódico, patrocinado por Cajasol, Fundación Cruzcampo, Hidralia, Unicaja y Viesgo, y celebrado esta semana en la Casa de Pemán.

En este encuentro participaron: el presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz (APBC), José Luis Blanco; el secretario general de la Federación de Empresarios del Metal (Femca), José Muñoz;el presidente de la Federación de Empresas del Sector Naval (Fedeneval), José María Camacho; el presidente de la Cámara de Comercio de Cádiz, Ángel Juan Pascual y el catedrático de la Universidad de Cádiz y responsable de la Cátedra de Emprendedores, José Ruiz Navarro.

Entre todos realizaron un interesante diagnóstico de la situación actual, debatieron intensamente sobre las debilidades del sistema productivo e industrial de la provincia de Cádiz (especialmente de esta Bahía) y alcanzaron conclusiones importantes, algunas incluso lograron el consenso de todos los participantes a pesar de provenir de mundos supuestamente separados, como la Universidad, la empresa y la Administración Pública.

Entre los más optimistas se encontraba el primero en intervenir, el representante de la patronal del metal, José Muñoz Flores. No es para menos, con las buenas nuevas de los úlitmas semanas, se mostró convencido de que vuelven los buenos tiempos para Cádiz y su Bahía. El representante de la patronal de la industria auxiliar naval, José María Camacho, hizo referencia a los importantes retos a los que se enfrenta Cádiz «para la activación de una industria que lleva mucho tiempo parada».

Temas polémicos

Ruiz Navarro abrió la veda del debate aludiendo directamente al «problema de la escasa productividad en nuestra zona», como una debilidad que subsiste. Pero el principal reto en el que también hubo acuerdo es el de la productividad, que a su vez fue vinculado rápida y directamente por los participantes con la falta de recursos destinados a la formación.

Los representantes de la patronal apuntaban hacia una desvinculación total de la formación académica de las necesidades reales que urgen a la empresa. Ruiz Navarro, por alusiones, orientó su crítica hacia el hecho de que la formación actual en astilleros, por ejemplo, no está en las manos adecuadas. «La formación no debe estar en los sindicatos y la empresa, sino en el sistema educativo. Donde hay que asignar recursos».

También apuntó hacia un «problema serio de falta de capacidad en la gestión empresarial», sin dejar de mencionar la escasa iniciativa empresarial, la ausencia de cultura empresarial. Y encontró con quien discutir ampliamente sobre estos aspectos. El más beligerante, el representante de la patronal del metal, Camacho, quien tachó de parte del problema al propio funcionamiento del sistema educativo reglado, que no da respuesta las necesidades de producción de la industria y además «nos sale muy cara».

El caso más apremiante, urgente más bien, es el de la construcción de los petroleros mencionados. Este verano habrá un pico de producción en el que se precisarán más de mil obreros especializados y la formación sigue sin llegar. Camacho apuntó que «los petroleros se construirán como sea, buscando la mano de obra donde la haya». Dejando sobre la mesa la patata caliente del empleo cualificado en Cádiz. Sería realemente un esperpento que con los elevados índices de paro no se encontrase personal preparado para asumir esta carga de trabajo. En este punto reinó el consenso pero ninguno tenía en su mano las soluciones.

El sector naval ha de adaptarse a cada pedido y la formación sigue sin ser ágil ni práctica

El presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz fue aún más tajante al apuntar que los recortes presupuestarios han hecho mucho más daño que cualquier plan educativo erróneo. Y propuso la creación de una empresa de formación nueva, sin herencias de nadie, que aglutinase al empresariado, la Universidad y las administraciones. Hablaba de emular a algo parecido al sistema de formación dual alemán. En esto coincidieron todos.

Blanco, comenzó con la autocrítica planteando escenarios a medio y largo plazo. «Tenemos sectores que necesitan reformas estructurales importantes: como la excesiva confianza en la apuesta pública. Si se confirman los contratos de Australia y Arabia Saudita se hablaría de otros horizontes a largo plazo pero el sector naval tiene una estructura anquilosada: tiene una cabeza muy gorda para su estructura pero que no da resultados efectivos, puesto que la tecnología nos la tienen que traer de fuera. A pesar de que tengamos un inmenso edificio en Madrid lleno de directores generales», según sus propias palabras.

Es más, el presidente del puerto de Cádiz resumió de forma muy gráfica la falta de competitividad de nuestras industria: «Debajo del segundo puente hay un astillero y las dovelas se hicieron en Sevilla». A lo que el catedrático de la UCA apuntó que ésta es otra necesidad de esta tierra aumentar la productividad: «hacer mil cosas pequeñas bien, en lugar de pensar en proyectos grandilocuentes», resumía.

Toma de decisiones

Otra de las debilidades apuntadas en este laboratorio fue que las decisiones estratégicas no se toman en Cádiz, ni en astilleros, ni en el sector aeronáutico. En general apuntaron hacia un tejido empresarial muy bajo de músculo, especialmente después de los estragos de la crisis que arrancó hace casi un decenio ya. Ruiz Navarro quiso debatir también acerca de la forma de atraer hasta aquí la iniciativa privada, algo que no se ha conseguido en 25 años. Hizo referencia a la caída del sector automolístico, que no estaba asentado en la zona y sufrió una deslocalización rápida y dramática para los trabajadores. Según el catedrático de la Universidad de Cádiz, esto se produjo porque no se logró crear sinergias, sentenciando que en Cádiz no hay un ecosistema empresarial competitivo.

Coinciden en que el tejido empresarial de Cádiz está flojo de músculo: faltan iniciativas y lobbies

Blanco volvió a apuntar hacia las reformas estructurales. «Cádiz es una provincia históricamente industrial y esto lo tenemos que aprovechar. Pero hay que jugar a nivel europeo; subir de tamaño, mejorar teconológicamente y cambiar la cultura empresarial y la filosofía de la empresa. Cualquier hito en la empresa aeronáutica es fiesta en la provincia. Esto no existe en otras empresas. Y eso se consigue con unas prácticas empresariales muy concretas. Copiemos lo que funciona».

Todos estuvieron de acuerdo también en que la burocracia asfixia a los empresarios. «Otro de los enredos que habría que podar. Una buena ley ha de ser corta y que se cumpla», apuntó Ruiz Navarro, quien expuso como mal ejemplo la Ley de Emprendedores, «que no ha servido prácticamente para nada, porque los problemas no se resuelven con una norma, sino con la práctica, con la colaboración y el trabajo en equipo. Lo que hoy se llama inteligencia colaborativa».

En este sentido, Blanco subrayó el hecho de que en este país las leyes apenas se derogan por lo que el cuerpo legislativo no cesa de engordar y enredarse.

Ángel Juan Pascual, como presidente de la Cámara de Comercio de Cádiz, subrayó el potencial industrial de la Bahía y destacó como debilidad la falta de interés a la hora de aunar esfuerzos y poner en común intereses, voluntades orientadas en el mismo sentido. «A veces nos debatimos en discordancias que no benefician a nadie», setenció. Para terminar, Ruiz Navarro apuntó que en la agenda gaditana debería haber ya proyectos de gran calado con el norte de África y con La Habana.

Fue realmente curioso que no les preocupase el desarrollo futuro de Las Aletas, considerándolo como una herencia del pasado que hay que superar, apostando por otros desarrollos, por sumar granitos de arena, buscando la competitividad en cada empresa y en la cooperación.

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