Nuevos apartamentos turísticos para complementar la oferta de Cádiz

La Junta de Gobierno local del Ayuntamiento aprobó ayer la concesión de la licencia de obras para la adaptación de un edificio de la calle Rafael de la Viesca en el que se van a construir 13 apartamentos turísticos. Según dijo el alcalde de la ciudad, José María González, este es un nuevo paso hacia el nuevo modelo de explotación turística por el que apuesta su equipo, más alejado de los grandes proyectos hoteleros y centrado en la puesta en el mercado de apartamentos o albergues, con el fin de diversificar la oferta y el público objetivo.

Además de esta actuación, desde el equipo de Gobierno se destaca que en los últimos meses se han concedido licencias ya para los albergues turísticos en la calle Soledad (32 plazas), en la calle Hospital de Mujeres (55 plazas), en la calle Botica (40 plazas) y en la calle Soledad (32 plazas).

Además, en trámite se encuentran un albergue turístico en la calle Santiago Terry, apartamentos turísticos en la calle Obispo José María Rancés, calle San Nicolás, calle General Morla, calle Columela, calle Rafael de la Viesca, y un establecimiento hotelero en la plaza Argüelles.

El nuevo equipo de Gobierno ya ha manifestado en varias ocasiones que apuesta por este tipo de negocios, en detrimento de grandes establecimientos como los que estaban previstos para Valcárcel, el solar del Campo de las Balas o Tiempo Libre, acerca del que hay una enfrentamiento entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento.

Desde la patronal hostelera, sin dejar de valorar los beneficios que podrían traer a la ciudad el desarrollo de los grandes proyectos hoteleros, se tiene claro que el tipo de establecimientos de menor calado que están aflorando en Cádiz en los últimos años es también fundamental para cubrir la demandad existente en el mercado. Así, el presidente de Horeca, Antonio de María Ceballos, manifiesta que este tipo de apartamentos turísticos y de albergues traen un doble beneficio a la ciudad. Por un lado, sirven para absorber la demanda de un tipo de público determinado, que busca una buena ubicación y alojarse en edificios con cierto encanto o en entornos con historia, y por otro lado están permitiendo que algunas familias puedan poner en valor propiedades que tenían sin uso y se busquen la vida con el autoempleo.

De María manifiesta que cada apertura «es importante porque redunda en la hostelería». El presidente de Horeca tiene claro que «en una ciudad tan pequeña como Cádiz, con su territorio agotado, hay que sacarle la máxima rentabilidad a lo existente e intentar que estos nuevos negocios sirvan como locomotora para el sector turístico y comercial».

Antonio de María sostiene que este modelo no es incompatible con el de los grandes hoteles de lujo. «Al contrario», dice, «tenemos que tener una amplia oferta a nivel de alojamientos. Hay que tener en cuenta que la mayoría de estos nuevos negocios se ubican en el casco histórico, son pequeños alojamientos, con encanto, y hay un público amplio que es justo lo que busca».

Desde la patronal hostelera tienen claro que la generación de empleo que supone la apertura de estos negocios no tiene nada que ver con la de los grandes hoteles, pero se valora que «se solucionan problemas puntuales», la mayoría de las veces con la autogestión de los negocios

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