Breve huelga preventiva de escaparates caídos por la iluminación navideña

Llegar al centro de Cádiz cuesta. Dinero y tiempo. Además, llueve. Pasan unos minutos de las 18.30 horas y la carretera industrial está saturada, como desde las seis de la mañana. Con el anterior gobierno municipal y con el nuevo, el acceso a casco antiguo por esta vía conectada al puente flamante es irritante. Tan corta, tan estrecha, tan lenta. Mejor sería llegar por la avenida central y la Cuesta de las Calesas pero, ¿cómo se llega desde el puente nuevo hasta la avenida central? Los visitantes necesitan paciencia y mapa. Los lugareños, sólo paciencia. En las paradas de autobús hay mucha gente esperando bajo la lluvia. La frecuencia de paso de vehículos resulta escasa, con el gobierno municipal anterior y con éste, salvo en la línea 1, la de la avenida central.

Esa tiene agilidad.

Al llegar al centro resulta imposible aparcar. Llueve, varias vueltas en vano y a un subterráneo a pagar una media que roza los dos euros/hora. Los aparcamientos subterráneos que circundan el centro son oscuros, con las plazas muy estrechas, incómodos, de techo bajo, en algunos casos sucios tirando a sórdidos.

Hasta dejar el coche, hay poco luminoso y festivo en el acto de acercarse al centro de Cádiz a comprar. Es la víspera del ‘Black friday’ (viernes negro) y los comerciantes agrupados en el colectivo Ascoga han convocado un jueves gris, o sepia, para protestar contra los recortes de alumbrado que anuncia el gobierno local. Habrá menos vías con exornos luminosos navideños, se concentrarán en plazas y se ahorrarán 130.000 euros. Los comerciantes lo consideran un ataque a su negocio justo cuando se acerca la campaña que salva las cuentas de muchos meses, justo cuando la sensación de brillar, la capacidad de ser atractivo para competir con los centros comerciales, resulta más necesaria. A las 19 horas está previsto el apagón simbólico, de juguete, de aviso. Manuel Queiruga, presidente del colectivo de comerciantes, recorre las calles principales, en Columela recuerda que «ya hemos comunicado al alcalde nuestras peticiones. Ya está todo dicho, sólo queda esperar a ver si nos quiere contestar». Los escaparates hablan. Se apagan. Sólo el escaparate. No todos. La protesta triunfa entre el comercio clásico, de tamaño medio y propiedad local. Algunos muy conocidos, de Isi a Misako u Ópticas Iglesias. De este tipo de negocios, casi la mitad apagan durante cinco minutos sus escaparates en las grandes calles de tiendas: San Francisco, Ancha, Columela, Novena... También en otras menos frecuentadas como Sacramento y Sagasta. La sensación de seguimiento es baja porque la hostelería no puede sumarse con público dentro y porque las cadenas, las marcas que están en todas la ciudades de toda España, van a su historia, no saben de protestas ni solidaridad. En términos generales, el seguimiento es bajo, quizás una cuarta parte de los locales. Si se observan sólo esos negocios locales, clásicos, ajenos a las franquicias, sube mucho, a más de la mitad. La protesta acaba y el debate sigue. Habrá menos iluminación navideña y llegará más tarde, ayer se estaba viendo el pliego de condiciones del concurso público. El Ayuntamiento no tiene prisa, quiere pagar menos. Algunos comerciantes, sí. Tienen que pagar mucho.

De repente, una calle aparece llena de público, atestada. Tan ocupada que no se puede pasar, ni entrar ni salir. Es la muy comercial Corneta Soto Guerrero. Una cola muy ancha, de pared a pared, y larga, hasta San Francisco, atrae bullicio, risas y curiosidad ¿Oiga, qué pasa, para qué hacen cola? Es que de seis a ocho una pizzería regala una pizza por persona para celebrar su primer aniversario. Todo el mundo ríe y señala con los ojos la puerta del horno aromático y humeante. Que las luces están muy bien pero cenar gratis no entiende de colores.

La Navidad ya brilla en El Puerto

Como contraste a la capital gaditana, a la misma hora de la protesta de escaparates caídos, El Puerto de Santa María se convertía en la primera localidad de la provincia en ambientar sus calles de cara a las próximas fiestas Lo hace en medio de la convulsión y la fiebre comercial impulsada por el ‘Black Friday’ y se convierte así en el primer municipio de la provincia en contar con sus calles ambientadas por exornos de cara a la próximas fiestas. El Puerto encendió ayer su alumbrado extraordinario de Navidad.

Faltando aún una semana para la llegada de diciembre y con el visto bueno de comerciantes, los ciudadanos acogieron con expectación este encendido que sumerge a la ciudad ya en Navidad. Eso sí, la lluvia deslució esta primera jornada de luces encendidas.

Además el tradicional acto de encendido tuvo, en esta ocasión, un significado especial ya que se dedicó a la institución de Afanas, como homenaje y muestra de solidaridad con la entidad tras el incendio sufrido en uno de sus centros el pasado fin de semana. Así, el machetazo que accionó el mecanismo para dar luz navideña a la ciudad corrió a cargo de Rafael Núñez, uno de los alumnos que tuvo que ser evacuado de la residencia Luis Benvenuty.

Serán 581.891 puntos de luz (puntos led de bajo consumo) los que iluminen la ciudad durante todas las fiestas, repartidos entre 170 arcos y con más de 40 motivos diferentes. Entre las novedades destacan el gran arbol de más de 18 metros instalado en la plaza Peral y la ampliación de zonas iluminadas, quedando este año alumbradas también la avenida de la Libertad, la avenida de la Constitución, la plaza de la Noria, la Ribera del Marisco, la calle Micaela Aramburu hasta la plaza del Polvorista y el Poblado de Doña Blanca. Por otro lado también se procedió a la inauguración del Belén municipal que se instalará en la puerta principal de la Casa Consistorial.

De esta manera El Puerto, El Puerto se ilumina una semana antes que otros municipios que también han decidido adelantar sus alumbrados de acuerdo a esa norma no escrita de situarlo en el puente de la Constitución.

San Fernando alumbrará sus calles a partir del jueves 1 de diciembre y Chiclana lo hará un día más tarde, es decir el viernes 2 de diciembre.