Un anillo para seducirlos a todos

Eran tiempos de zozobra y oscuridad. Todo parecía perdido y en la Tierra de Cádiz, hombres y mujeres lamentaban por Facebook la ausencia de la chirigota de José Manuel Cossi que este año no vería la luz de la calle. Ya no podrían seguir a esos catetos tecnológicos «tó enamoraos por la calle Ancha jartos mantecaos», ni aprenderse las animadas actividades de ‘Los cantagüevos’. Sería misión imposible acompañar al mejor agente al servicio de su Majestad esquivando cofradías por el Palillero y quedar para pescar con Goldfinger y GoldenEye. Toda una estirpe de chirigotas ilegales se quedaba huérfana de padre.

Un viaje a Cuba en noviembre dio un giro inesperado a la historia. No todo estaba perdido. La esperanza de los hombres renacía porque regresaba el que nunca terminó de irse.

Como un mago de las letras, –que llega cuando tiene que llegar, ni antes ni después–, volvió Cossi.

En su bolsillo unas letras; en su mano, el anillo de poder que los seduciría a todos. ‘La Comunidad del anillo’ es una nueva agrupación mucho más pequeña de los que nos tiene acostumbrados el gaditano. No son los de siempre. Hay dos médicos, un asturiano... y alguno que otro que se ha reenganchado del antiguo grupo: «Está claro que sin ellos sería mucho más difícil sacar la chirigota porque para gente que no tiene experiencia es muy complicado montar todo esto en tan poco tiempo. Lo más singular es que la mitad del grupo no ha salido nunca en Carnaval y que le hemos echado valor para hacer un híbrido entre cuatro que no han salido nunca y tres de mi grupo de siempre», explica.

Llevan un tipo inspirado en la célebre trilogía de ‘El Señor de los anillos’. Una indispensable batamanta hará las veces de capa, el pelo ensortijado, anillo, cadena... Una compañía de hombres seducidos por el anillo único de poder que Sauron, el Señor Oscuro de Mordor, quiere poseer para dominarlos a todos. Una historia épica de parejas, niños, matrimonio, suegras y destino.

Al autor gaditano le gusta trabajar con tiempo, pero admite que otros años ha arrancado con más margen. «De todas formas, cuando más fluido sale todo es pasado el puente de diciembre. Ahí ya has cogido ritmo y rodaje... ¡aunque luego siempre estás con el agobio de que no llegas!. Empezamos quedando dos o tres veces por semana para ensayar y ahora ya vamos por cuatro. Quedamos en el local de un amigo y en un taller que yo tengo... La gran ventaja es que somos todos de Cádiz y la gente está muy comprometida».

El repertorio es más pequeño, el grupo es diferente y solo llevan guitarra. Cossi reconoce que «al no tener caja y bombo no puedes tener la misma potencia ni cantando y ni en ritmo. Contra eso, proponemos un repertorio más fácil de escuchar porque va más despacio y, además, es más ‘cortito’ por la limitaciones lógicas del tiempo». El estilo no cambia demasiado. Hay diferencias en la forma.

Después de ver interactuar a Cossi con el público –con ‘Los cantagüevos’ por ejemplo– no son muchos los que osan sugerir que es una persona tímida, sin embargo confiesa que cuando empezó a salir en las callejeras también le daba apuro. La confianza se gana poco a poco: «No todo el mundo sirve para plantarse delante de la gente. Conozco amigos que han estado muy ilusionados por salir y después lo han pasado muy mal porque hacer reír al público, en la calle, rodeado de mil distracciones, no es fácil; pero cuando hay química, engancha», asegura.

Sin duda, es una sensación que atrapa pero habrá que ver como encaran su primera batalla. Hoy sábado a las 20.30 horas, en el Bebo los vientos, afrontarán su bautismo de fuego. Después, su hábitat natural estará en Sagasta, San Lorenzo, Hospital de Mujeres y Torre Tavira. ¡Corred, para descubrir los secretos de esta comunidad!