TURISMO

Guerra familiar en el hotel Puertobahía

Uno de los propietarios del conocido alojamiento de Valdelagrana ha denunciado a sus hermanos por no solicitar la licencia de obras para reformar 60 habitaciones

Tras las denuncias, la lucha por el poder en el seno del grupo empresarial sevillano perteneciente a la familia Zapata

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Dicen los expertos en Economía Familiar que la mayoría de las empresas de este tipo nacen con la primera generación de emprendedores, crecen con la segunda y mueren con la tercera. Y para no desmentir a los teóricos, el ejemplo de la saga de empresarios sevillanos Zapata. Desde hace unos años esta familia mantiene una guerra abierta, desencadenada tras el fallecimiento del fundador Juan Zapata Cubeiro en 2006 y que llegó a los tribunales en 2013.

El origen del grupo empresarial se encuentran en Establecimientos Ortega (más tarde llamada Comercial Lubre), famosa firma comercial con la que el empresario de origen gallego puso en marcha un pequeño emporio aprovechando la venta de electrodomésticos, muebles y confección a ditas durante los años sesenta del siglo pasado.

La segunda generación, formada por los hermanos Zapata Agruña; Asunción, Antonio, Juan y José Antonio son conocidos en Sevilla por ser los herederos de firmas de prestigio como la citada Comercial Lubre, la red de Seguros Ocaso en Sevilla, Funeraria La Nueva, el hotel Derby, entre otras. Los hijos del fundador gestionan los negocios desde los años setenta, mientras que las hijas quedaron apartadas de la dirección, dejándoles una participación del 23% del negocio a cada una. Así, las sociedades que componen el grupo Zapata (como Inmobiliaria Armuño) se encuentran en manos de cuatro grupos: Zapata Barreras (28%), Zapata Arenzana (26%), Otero Zapata (23%) y Regojo Zapata (23%).

Entre sus propiedades se encuentra la firma mercantil Hoteles Arrendados S. L., empresa explotadora del Hotel Puertobahía. Este alojamiento, ubicado en plena playa de Valdelagrana y construido en 1974 es uno de los que atesoran mayor prestigio y solera en la costa gaditana, gozando de una clientela fiel, especialmente entre veraneantes nacionales; sevillanos, extremeños y madrileños.

En un balcón del hotel aún hay herramientas de la obra
En un balcón del hotel aún hay herramientas de la obra - A. V.

El último escenario de la guerra familiar por el control del ‘holding’ empresarial, del que ya dependen 22 herederos de la tercera generación, es precisamente este hotel portuense. En estos días, uno de los propietarios (dueño del 26% de las acciones) ha denunciado al resto de la dirección por iniciar una rehabilitación en el edificio sin haber solicitado el permiso de obra pertinente.

El Ayuntamiento de El Puerto ha paralizado las obras tras comprobar que no tenían licencia

El denunciante José Antonio Zapata explica que esta forma de actuar de su «familia legal» pone en peligro «el negocio de todos». Y asegura que no entiende «por qué se hacen las cosas de una forma tan irregular, cuando no merece la pena». El empresario ha llegado incluso a encargar una investigación para corroborar sus sospechas, ya que asegura que no se trata de un hecho aislado, sino que nunca le informan de ningún aspecto relacionado con la marcha de los negocios. El informe privado corrobora que una plantilla de unos 20 obreros se encontraba trabajando a mediados del mes de febrero en la rehabilitación de 60 habitaciones, de las 330 que ofrece el alojamiento de Valdelagrana. Tanto es así que el delegado de Urbanismo del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Antonio Fernández Sánchez, firmó el pasado 1 de marzo la orden de paralización de las obras.

«Esta forma de actuar de mi ‘familia’ no benefecia para nada al negocio», asegura el denunciante

Según el decreto municipal publicado se explica que no consta solicitud de licencia para la realización de dichas obras, por lo que se ordena «la inmediata suspensión de las obras que realiza la empresa Leiremar, consistentes en instalaciones en zonas comunes, cuadros eléctricos, habitaciones, revestimientos de baños, divisiones de estancias (...), en caso contrario, este Ayuntamiento podrá proceder al precintado de dichas obras».

Daños y perjuicios

José María Zapata subraya que no sólo no se están haciendo las obras según marca la ley sino que las fechas para realizarlas no han sido las más apropiadas. «Han perdido estas habitaciones durante el Carnaval de Cádiz, fechas de máxima ocupación para nuestro hotel, y perderán también la Semana Santa si no se dan prisa en finalizar», lamenta el veterano empresario. De ahí que entienda que se ha producido un perjuicio a su negocio que tendrá consecuencias en las cuentas de resultado de este ejercicio.

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