Puente de Cádiz

Puente a un momento «crucial» de Cádiz

Los arquitectos destacan la transformación que el viaducto traerá a Cádiz y su Bahía y alertan de la la necesidad de «repensar» el urbanismo

Jesús a. Cañas
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El tamiz del tiempo todo lo puede y más en un organismo vivo como una ciudad. Como Cádiz, que acaba de estrenar su segundo puente. Sí, porque aunque no lo parezca, las urbes se mueven y cambian con sus ciudadanos y sus necesidades. Los edificios, las calles o las plazas surgen y se modifican en función del devenir de los años y las necesidades sociales que van ligadas a ellos.

Normalmente, el cambio es lento, paulatino; aunque en ocasiones está jalonado por hechos extraordinarios. La explosión de 1947 de o la desaparición de las murallas defensivas fueron claves. Ahora, otro cambio comenzó el pasado mes: el del nuevo puente. El viaducto no solo ha variado la rapidez con la que se accede a Cádiz

sino que dibuja un futuro de cambios urbanísticos de calado.

Así lo consideran distintos arquitectos consultados que coinciden en el carácter «crucial» actual para el urbanismo de Cádiz y su Bahía en las próximas décadas. De entrada, los deberes no están hechos y «la unión del puente con la ciudad no está resuelta», así lo considera Víctor Gómez, arquitecto y exdecano del Colegio de Arquitectos de Cádiz.

Lo mismo opina el arquitecto Julio Malo de Molina, que considera que ni siquiera la ciudad «está aún cosida, después del soterramiento». Es evidente que el cambio más inmediato vendrá con la culminación de la avenida de Huelva como gran avenida transversal que una el puente con la avenida Juan Carlos I y Andalucía.

También la ampliación de la carretera industrial como gran avenida o el desbloqueo de la plaza de Sevilla. Pero hay más, los cambios no se quedarán ahí y seguirán influyendo en la ciudad y sus alrededores. «El puente se ha construido sin tener en cuenta el territorio, se tendría que haber previsto en el PGOU. De hecho, influirá no solo en Cádiz, sino en el urbanismo de ciudades cercanas como Jerez, El Puerto o Cádiz», reconoce Gómez.

Además de la evidente y necesaria resolución de la unión del puente con Cádiz, ambos arquitectos apuestan por elaborar una estrategia para el futuro. «Es necesario reflexionar sobre la incidencia absolutamente profunda del puente porque es un cambio trascendental», explica Gómez. Tanto es así que Gómez aboga por «repensar la ciudad» y estudiar un plan «conjunto, no cada uno por separado».

De entrada, el nuevo acceso a Cádiz ha hecho que la ciudad tenga una entrada propia de una ciudad lineal hasta el casco histórico. Hasta ahora, la Avenida, Juan Carlos I y el Paseo Marítimo articulaban la entrada y salida. Ahora, será el nuevo viaducto. «Ya se advierte la avenida con muchos menos coches que hace unas semanas», explica Gómez.

Por ello, en el terreno de lo posible o lo deseable, Julio Malo lo tiene claro: «Creo que el descenso de tráfico en la Avenida podría traer consigo que se convirtiera en una vía amable, con carril bus». También el Paseo Marítimo se transforma en una nueva área de cambios. «Ya no tiene sentido como vía de salida a la ciudad, ahora se podría estudiar su peatonalización», reconoce Gómez. «Creo que se podría replantear esta opción en la que se convertiría en una zona muy atractiva para aumentar la calidad del turismo».

El mismo deseo tiene Malo de Molina, que también apuesta por seguir el modelo de Sevilla y su centro en el peso otorgado al peatón en el casco histórico. De hecho, Malo de Molina advierte de una amenaza a largo plazo: «El centro de Cádiz se ha mantenido inalterable por la baja incidencia del tráfico. Ahora que llegarán más vehículos hay que cuidar que el patrimonio no se destruya. En otras ciudades ha ocurrido y, aunque ahora la protección del patrimonio es mayor, hay que tenerlo en cuenta». Cree que peatonalizando más el casco histórico esa amenaza se diluiría.

En cualquier caso, Gómez cree que es reduccionista plantear el cambio en su incidencia exclusiva en la capital. «Es un hecho que para un ciudadano del centro, ahora la playa de Valdelagrana o Jerez están a un tiempo similar que la playa de la Victoria o el Estadio. Esto es un cambio mucho mayor que afectará también a las otras ciudades», reconoce Gómez.

De ahí que crea primordial desempolvar del armario el histórico y siempre frustrado proyecto de área metropolitana que siempre ha pretendido la mayor interconexión de la capital con sus localidades cercanas. «Hay que tener una mirada amplia, metropolitana y rescatar esta visión», explica Gómez. Solo así se evitarán los parches desorganizados ante una gran oportunidad que se dibuja para Cádiz con su nueva infraestructura.

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