El Ayuntamiento de Cádiz declara la guerra a los excrementos en la calle

En las últimas semanas no han sido pocas las quejas ciudadanas, muchas llegadas desde las propias asociaciones de vecinos de la ciudad, acerca de la suciedad en las calles de Cádiz, con un aumento de deposiciones caninas sin recoger por sus dueños en la vía pública.

El equipo de Gobierno, aunque considera que «se ha notado su llegada» en la mejora de la limpieza de la ciudad, reconoce que en la época estival se suelen dar mayores problemas con la presencia de excrementos en las calles porque «aumenta la población y se hace más vida en la calle», eso, aparte de que se mantiene el eterno problema de la falta de concienciación de los dueños de animales domésticos, especialmente perros, con una población estimada de entre 15.000 y 18.000 en la ciudad.

Por eso va a lanzar una campaña con la que van a aumentar los recursos humanos y materiales destinados no solo a la recogida de excrementos, sino también a la mejora de los bidones de basura comunitarios.

Así, una de las medidas a implementar va a ser la compra de 200.000 bolsas de plástico para la recogida de excrementos que se van a repartir a través de las asociaciones de vecinos. Esto, que ya se hacía de forma periódica por parte del anterior gobierno municipal, va a suponer un coste de 8.000 euros.

Además de esto, se va a recuperar el servicio de la «motocan», una moto dedicada a la revisión de las calles tras la limpieza general para recoger los excrementos. Saldrá por las mañanas a partir de principios de este mes.

Por otro lado, según explica el concejal de Medio Ambiente Manuel González Bauza, los operarios de la concesionaria de limpieza van proceder a una limpieza con detergente de los contenedores de las distintas fincas del casco antiguo.

Desde el Ayuntamiento de Cádiz se asegura que los inspectores de Medio Ambiente «van a estar más atentos» a cuestiones como la colocación de bolsas de basura en la calle fuera de los contenedores o a quienes saquen los mismos fuera del horario que marca la ordenanza municipal, es decir, a partir de las 21.30 horas y antes de las 23.30 horas.

Afirma González Bauza que «no estamos por multar, pero hay que hacer entender a los ciudadanos que hay que colaborar. Quien continúe con las malas prácticas después de las recomendaciones tendrá que atenerse a las consecuencias, porque las ordenanzas están para hacerlas cumplir».