antonio vázquez
cádiz

Los auténticos salvavidas del verano

Varios centros de ocio infantil y ludotecas de la capital triplican su número de niños durante los meses de julio y agosto

r.jiménez
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El regreso al colegio de los más pequeños de la casa está a la vuelta de la esquina, una situación que muchos padres y madres trabajadores esperan con los brazos abiertos. Conciliar la vida laboral y familiar durante los meses de verano no es una tarea sencilla y se ha convertido para muchos de ellos en un problema de difícil solución durante un periodo del año en el que las guarderías y escuelas tienen sus puertas cerradas.

Ante esta situación, las ludotecas y centros de ocio infantil se han convertido en los auténticos salvavidas de la época estival para muchas familias. Ya no solo cumpliendo una función lúdica, sino también más cercana a la educativa, pues entre su oferta se contemplan talleres, actividades culturales e incluso campamentos urbanos.

Como en tantos otros lugares, Cádiz también ha vivido esta situación. El verano ha venido acompañado de contratos de trabajo para muchas familias, que han tenido que hacer uso de los servicios que ofertan estos centros ante la imposibilidad de conciliar sus horarios de trabajo.

Ana Collantes, directora del centro de ocio infantil Valle de Cuentos, reconoce que en estas fechas «existen unas necesidades que las familias tienen que cubrir más allá de las propiamente educativas. Precisan de unos horarios más flexibles porque tienen que trabajar y en ese sentido contamos con muchos niños por este motivo».

La administradora de este parque infantil, que lleva cuatro años abierto al público, exponía que «durante los meses de verano triplicamos el número de niños con respecto al resto del año. Ahora tenemos unos 80. Se nota qué padres tienen vacaciones en julio y cuáles en agosto, porque aunque la ratio de niños se mantiene, muchos de ellos cambian en función del mes». Además, Ana ha querido dejar claro que «no somos un simple ‘aparcaniños’ donde los padres dejan a los pequeños, sino que ofrecemos actividades que cubren sus necesidades como talleres, salidas culturales o campamentos urbanos».

Elena Hevia, gerente de la ludoteca 1,2,3 Pollito Inglés, confirmaba la tendencia y aseguraba que «en verano notamos mucho el incremento del número de niños». Una situación que también vive el parque infantil Globola, según apuntaba Manuel Torres, uno de sus monitores: «Durante el verano tenemos niños que están en el parque de forma esporádica, pero también estamos contando con una treintena que vienen en horario fijo porque sus padres tiene que trabajar. Incluso nos dejan la comida para que se la demos aquí y nos piden que ampliemos los horarios hasta que salgan de su trabajo».

Añade que «hace tiempo que empezamos a notar un aumento considerable de niños desde que han cerrado algunas guarderías del centro. Además, de cara al curso que viene ya nos han preguntado por nuestros servicios algunos padres que no han conseguido plaza en ninguna guardería para sus hijos, en su mayoría bebés».

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