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Otra vez con el cuento

ignacio moreno bustamante
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Y vuelta la burra al trigo. Vienen elecciones y hay que ‘vender’ motos. Todos los políticos lo hacen. Forma parte del juego. De su juego. Unos de una forma más burda y otros más realista. Inauguración de una rotonda por aquí, presentación de un plan de empleo por allá, incentivos para un colectivo por acullá. Habitualmente, siempre hay una promesa que se lleva la palma. El proyecto estrella. La promesa de las promesas. En esta ocasión, el ganador es... Podemos y su ‘Renta mínima garantizada’. Al principio era simplemente ‘Renta básica’, que le dio unos resultados enormes en las elecciones europeas. Tanto que, en buena parte, Pablo Iglesias viaja cada semana a Bruselas a ejercer de eurodiputado gracias a ella.

El caramelo era tentador: 650 euros para todo españolito por el mero hecho de serlo y de su situación económica. Tanto si estaba parado como si cobraba 5.000 euros mensuales. Aluvión de votos para él. Poco se tardó en demostrar que aquello era inviable. Por más que prometiera que subiría los impuestos a los ricos y que acabaría con la corrupción y el fraude a Hacienda. Esas cuentas no cuadran. Pero ya da igual, de momento ese cuento unido al cabreo generalizado con el resto de partidos, le otorgan casi tres años más en el Parlamento Europeo.

Ahora, que se avecinan municipales en mayo y generales en noviembre, ha cambiado el concepto, aunque es primo hermano. Serán 600 euros y sólo para aquellos que no tengan ingresos. Sin fecha de caducidad. Con permiso para tumbarse a la bartola. A ver si cuela. Habrá incautos, o desesperados, que se crean el farol. Y volverán a votar a Podemos. Y cuando se vuelva a demostrar que la medida es un brindis al sol, tendrán cuatro años por delante para gobernar unos cuantos ayuntamientos en España.

Uno de ellos podría ser el de Cádiz. José María González, ‘Kichi’ –candidato a la Alcaldía de la capital– retuiteaba muy alegre el otro día las declaraciones que había hecho su ‘jefe’. Y había quien le contestaba dándole las gracias por apoyar «a los pobres». Por supuesto vuelven a no detallar cómo piensan hacerlo, qué medidas con una mínima dosis de realismo van a tomar para poder llevarlo a cabo. Pero ahí queda. Por si cuela. Eso sí, propuestas concretas, cero patatero. Planes para crear riqueza, para invertir, para disminuir el paro... ninguna. Sólo parches, más subvenciones, más paguitas. Sin caer en la cuenta que esa es una de las grandes lacras de Andalucía, una de las principales razones por las que lideramos las tasas de desempleo. Porque no queremos avanzar, nos conformamos con malvivir. Y encima nos cabreamos cuando viene el Albert Rivera de turno y nos dice que nos va a dar una caña para enseñarnos a pescar. ¿Qué esperamos?¿Qué los peces se multipliquen por milagro divino?

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