Recreación del interior del mercado gastronómico diseñado por Álvaro Linares
Recreación del interior del mercado gastronómico diseñado por Álvaro Linares - L. V.
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Un viaje en tren al pasado para ganar el futuro del sector comercial gaditano

Las ofertas para ocupar los puntos de venta en el mercado gastronómico de la vieja estación desbordan a los promotores

Antonio M. de la Vega
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El proyecto del mercado gastronómico de la antigua estación de ferrocarriles de Cádiz va a toda máquina, y nunca mejor dicho. Los meses pasan, pero los plazos se mantienen. La idea de los promotores de este particular centro comercial es abrir a primeros del año que viene, y aunque les queda por cerrar la comercialización de los puntos de venta y ejecutar los trabajos de adecuación del inmueble, confían en cumplir las previsiones.

En cualquier caso, lo más importante está hecho. La idea está completamente perfilada, el diseño se ha cuidado hasta el último detalle, los contactos con las empresas interesadas en hacerse con un espacio están más que avanzados.

Quien lo tiene todo en la cabeza, en los planos y en espectaculares recreaciones virtuales es el diseñador del proyecto, Álvaro Linares.

Basta escucharle diez minutos para darte cuenta de que el ‘gastromercado’ lo tiene todo para ser un éxito.

Lo primero que tiene ganado este espacio es el público. Está ubicado en pleno centro neurálgico de las comunicaciones de la ciudad. En una superficie de apenas un kilómetros cuadrado se mueven al día 80.000 personas, tres millones de personas al año. Son los que llegan en tren, en autobús, en catamarán, a bordo de los cruceros...

Y todo eso sin contar con la propia población de la ciudad, los que puedan llegar simplemente atraídos por esta nueva oferta o los que irán llegando a Cádiz cada vez en mayor medida en el AVE o a través del segundo puente o el tranvía.

Probablemente no hay un espacio que genere más expectativas en la ciudad que este. «Si la estación estuviera un kilómetro más arriba o más abajo ni nos lo hubiésemos planteado», reconoce Linares. Pero está donde está y por eso genera las expectativas que genera.

El sector comercial lo ha captado y la petición de espacios para instalar los más distintos negocios ha superado las expectativas más optimistas. No se puede hablar aun de cifras. Las demandas de información son constantes, tanto que Linares, junto con la responsable de la comercialización, que es la empresa adjudicataria del mercado, Driblo, tienen previsto comenzar en unas semanas la selección definitiva de entre las ofertas recibidas.

Hay dos parámetros fundamentales a tener en cuenta a la hora de elegir a las empresas que se suben a este proyecto: la calidad y que sean de Cádiz. El primero es imprescindible. El segundo no, pero tendrá mucho peso, porque como dice Álvaro Linares, este mercado está pensado para que gane la ciudad, en su conjunto.

No para todos los que quieren, pero habrá sitio para muchos: 40 puestos en la calle central, 22 restaurantes, 14 establecimientos en la llamada plaza del mundo y 30 puestos para productos frescos y gourmet. La oferta por tanto será enorme.

Habrá una zona de mercado de abastos tradicional, pero en la que se intercalarán los puestos de carne, pescado, fruta u hortalizas con otros en los que se dispensará prensa, loterías, productos farmacéuticos, telefonía o un punto de alquiler de coches. Y habrá otra dedicada exclusivamente a la hostelería, que acogerá a numerosos restaurantes y algún establecimiento de comida rápida. Todos, en cualquier caso, ofrecerán el servicio ‘take away’.

La idea es que los clientes encuentren en el mercado todo lo que puedan imaginar. La oferta gastronómica incluirá, además de comida española tradicional, una completísima muestra de la cocina internacional. Así, ya se sabe que se van a instalar restaurantes de comida italiana, francesa, marroquí, turca, libanesa, rusa, japonesa, tailandesa, japonesa o griega. Incluso en esos casos se dará prioridad a hosteleros que ya estén trabajando en otros negocios en Cádiz.

Motor de empleo

Todo esto va a generar mucho puestos de trabajo. El mercado estará abierto desde la mañana hasta la noche, con lo que se va a generar un número importante de contratos. Y para que la oferta sea siempre la más completa, cada puesto de productos frescos contará con un cocina en la que los clientes no solo podrán comprar carne o pescado frescos, sino que además podrá pedir que se lo cocinen al momento, con lo que las opciones se multiplican.

Para hacer este espacio aun más atractivo de cara a los inversores hay que destacar que se ha establecido un servicio común de sillas, mesas, menaje, cuartos de baño e incluso servicio de limpieza, de forma que los gastos se reducen de forma muy considerable.

Así, los clientes, una vez adquirida su comida se sentarán en las mesas dispuestas a lo largo de las calles interiores o en la gran plaza de 600 metros cuadrados ubicada en el centro del mercado. Quienes sí contarán con terrazas propias serán los restaurantes, que en este caso tendrán servicio de camareros.

Funcionará como mercdo de abastos y como referente turístico

La idea es que el mercado de la estación sirva para el suministro de productos básicos para zonas hasta ahora desasistidas en este sentido, como pueden ser el barrio de Astilleros o la Barriada de la Paz, al mismo tiempo que tiene vocación de convertirse en referencia gastronómica para gaditanos y visitantes.

Precisamente a ese público de fuera de Cádiz, en gran parte extranjero, se le está prestando especial atención. La idea de los promotores del mercado es convertirlo en un referente para el turismo.

Explica Álvaro Linares que en este espacio se reunirán todos los ingredientes para atraer a los miles de cruceristas que llegan cada año a la ciudad. A pocos metros del puerto se encontrarán con un espacio en el que se les puede recibir con degustaciones, en el que podrán encontrar atractivos culturales como actuaciones musicales, de flamenco o carnaval, en el escenario dispuesto para ello en la plaza central, además, por supuesto, de un servicio de excelencia y la más completa oferta de productos.

Hay que tener en cuenta que el crucerista es un tipo de turista que realiza un gasto importante en la ciudad, pero sin alejarse nunca del barco, por lo que el emplazamiento del mercado gastronómico de la estación reúne todos los alicientes para evitar que pasen sus jornadas en la ciudad comiendo o bebiendo en el barco o, en algunos casos, se tengan que marchar buscando el flamenco o el vino a Jerez u otras localidades cercanas acostumbradas a ofrecer este tipo de servicios.

Pero si importante es el contenido, no lo es menos el continente. Ya su apertura durante la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de Iberoamérica en 2012 como gran comedor para las personas acreditadas permitió descubrir las posibilidades y el valor arquitectónico de este edificio que data del año 1905 y que, tras haber sido objeto de restauraciones parciales, está en un perfecto estado de conservación.

En realidad, no es un edificio, sino dos, situados en los laterales del conjunto y unidos a través de una gran calle central diáfana cubierta por una montera. En el diseño del mercado se ha respetado al máximo la arquitectura original. Es más, se ha potenciado con una decoración exquisita, que trasladará al que visite el mercado directamente a una estación de principios del siglo XX. Además de la instalación de dos locomotoras de vapor (en cuyos vagones se ubicarán puestos) en la calle central, todos los detalles evocan el espíritu romántico del París de los años 20.

No es casual. Siempre se dijo de Cádiz que poseía una burguesía afrancesada, culta, cosmopolita, heredera de los tiempos en los que la ciudad fue capital de medio mundo y anfitriona de los pensadores liberales y los comerciantes más emprendedores. Las mejores huellas de aquellos tiempos están en edificios como el que ocupará el mercado, representativos de años de prosperidad y que tienen vocación de recuperar su esplendor original.

La zona de restaurantes estará cubierta por dos marquesinas que sirven además para rebajar la altura de los techos y dar una sensación más acogedora.

Especial mención hay que hacer al diseño de la hilera de puestos que acogerán la venta de productos frescos. Sobre los mismos se dispondrá una estructura metálica inspirada en las obras de Gustave Eiffel que darán una imagen espectacular al conjunto. Y no solo eso. Se han cuidado al máximo detalles como la colocación de un papel pintado que también recrea algunos diseños en plano del propio Eiffel.

Lo mismo pasa con los suelos o los elementos de separación entre los distintos puestos. Hasta los detallistas del mercado vestirán con un mismo delantal que fortalecerá la imagen cuidada y unitaria del espacio.

Aparte de la zona central, el mercado también cuenta con dos torreones de 660 metros cuadrados cada uno y diferentes plantas, en las que está prácticamente cerrada la instalación de firmas de mucho renombre. Las marquesinas exteriores también se aprovecharán para la colocación de terrazas.

Por supuesto, todo esto no sale gratis. La sociedad Driblo tiene que invertir unos 9 millones de euros para afrontar todas las obras necesarias, así como la adecuación de los espacios interiores. Además, pagará a Adif, que es la propietaria del edificio, un alquiler anual de 2.594.012 euros. La concesión se hizo por quince años.

A pesar de todo, las expectativas de negocio son elevadas, por lo que no se duda de la rentabilidad del que será el mayor mercado gastronómico de este tipo de cuantos existen en España.

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