Cádiz

El arquitecto de la pérgola ve intereses políticos detrás de las críticas a su obra

José Luis Bezos defiende la infraestructura como una «operación integral» que mejora la vida de los gaditanos

Antonio M. de la Vega
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La pérgola-mirador del Paseo de Santa Bárbarapuede gustar más o menos, pero lo que está claro es que no deja a nadie indiferente. En los últimos días han arreciado las críticas.

Han llegado de todos los partidos de la oposición. El PA ha llegado a plantear su desmontaje y la venta de su material como chatarra. Y lo último ha sido la denuncia de la sección sindical de Autonomía Obrera en el Ayuntamiento acerca de filtraciones y problemas en las conducciones en las dependencias reservadas al personal municipal en los bajos de la nueva estructura.

Una visión distinta tiene la alcaldesa de la ciudad, que asegura que no le han llegado más quejas que las que ha podido leer en los periódicos.

De cualquier forma reconoce que se están haciendo inspecciones continuas para detectar cualquier deficiencia y exigir su reparación a la empresa constructora. Más allá de eso, dice, son cuestiones de gusto.

Y en medio de esta polémica, si hay alguien que tiene mucho que decir respecto a esta infraestructura es su autor, el arquitecto José Luis Bezos, que ganó un concurso de ideas al que se presentaron otros muchos proyectos.

Bezos defiende su obra en todas sus vertientes. Por un lado, asegura que lo principal es que el edificio cumple su función «pero encima da más». Se refiere a que no solo hace las veces de muro entre el parque y Santa Bárbara, sino que «permite la permeabilidad visual, nuevos accesos, contiene los núcleos verticales al sótano, un paseo elevado que ofrece vistas al parque y a la Bahía y locales». Es por eso por lo que pide que se entienda este edificio como «una operación integral, que no se atienda a una sola visión».

Redundando en ese argumento, el arquitecto defiende que, a la hora de valorar el proyecto, «hay un criterio objetivo», que es que la actuación tiene lugar en un espacio de la ciudad en el que ahora «se disfruta más y se vive mejor». Con esa premisa, dice, esta obra ya es una «ganancia» para los ciudadanos.

«Me gustaría que la gente fuera allí y se paseara, sin dejarse llevar por la politización. Recuerdo la imagen antigua del aparcamiento y me gusta ponerla al lado de la imagen actual. De lo que se trata es de que toda la zona esté llena de gente», comenta.

José Luis Bezos sostiene que «las actuaciones contemporáneas en la ciudad no se resumen en conceptos como feo o bonito, sino que hay que tener en cuenta cómo se mejora la vida de los ciudadanos y cómo se activa la vida de la ciudad».

El arquitecto recuerda el caso de la Torre Eiffel de París, que estuvo a punto de ser demolida ante el descontento de los parisinos en la primera década del siglo XX, y que con el paso de los años ha llegado a convertirse en el mayor símbolo de Francia. Y no hace falta irse tan lejos. También se acuerda de lo que le pasó a Alberto Campo Baeza con su mirador Entrecatedrales. «La ciudad es un organismo vivo. La gente se tiene que acostumbrar a los cambios», reclama.

Lo cierto es que la mayoría de las críticas no se centran en la utilidad de la pérgola, sino en su impacto estético. A este respecto su responsable dice que se han utilizado los materiales que mejor aguantan el ambiente marino: policarbonato y vidrio.

Al mismo tiempo se defiende ante quienes se quejan del gran impacto visual del edificio desde el mar, recordando que «lo que se veía antes era el muro». De cualquier forma, asegura que «el propio policarbonato –el material de la zona superior– visto desde el paseo adopta el color del cielo que se refleja, con lo que la imagen se diluye y el conjunto resulta menos contundente».

A pesar de todo, Bezos cree que la denominación de la estructura, «pérgola-mirador», ha influido en que los gaditanos no lleguen a entender el conjunto. «No es ni una pérgola ni un mirador. La intención era resolver el acceso al parque y protegerlo, pero se aprovechó que tenía cubierta para hacer el mirador. Tampoco estaban previsto los locales, pero también se ha aprovechado que existía esa posibilidad».

A partir de ahora, «lo importante», dice Bezos, «es el mantenimiento, como en cualquier edificio público». Reconoce que en este caso se ha fallado en ese aspecto, porque la decisión de ejecutar el proyecto del paseo por fases ha provocado que ya haya puertas de ascensores oxidados o jardines sin terminar. Y eso no ha beneficiado la imagen del conjunto.

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