Familiares de José Macías Retes descubren la Estrella en su honor
Familiares de José Macías Retes descubren la Estrella en su honor - A.V.
CARNAVAL

Una estrella para el valiente que resucitó el Carnaval

La baldosa con el nombre del histórico corista José Macías Retes ya luce ante el Gran Teatro Falla

JOSÉ LANDI
Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El simulado paseo de la fama y el honor que el Carnaval de Cádiz construye, baldosa a baldosa, alrededor del Gran Teatro Falla tiene desde este viernes la estrella más rebelde y honesta, la más generosa y fructífera de las que han contribuido a mantener viva la fiesta grande de la ciudad.

En presencia de la alcaldesa, Teófila Martínez, y del concejal de Fiestas, Vicente Sánchez, ha quedado descubierta la losa que rinde tributo eterno a José Macías Retes (1909-1979) ante la entrada del coliseo de las coplas. Al acto asistieron tres hijos del autor: Encarna, Regla y José ‘Neno’. Otros tres han fallecido. También estuvieron presentes sus nietos, bisnietos y hasta un tataranieto. Un tango interpretado por Pepe Bablé y Luis Rivero puso el recuerdo musical al emotivo acto.

Con este gesto, la ciudad de Cádiz y el mundo del Carnaval se descubren ante un hombre de izquierdas que se jugó la libertad y la paz de su familia por el amor al tango. A pocos, como a él, se les puede considerar responsables de la resurrección de la fiesta tras el paréntesis negro de la Guerra Civil.

Su coro 'La piñata gaditana' fue el encargado de aquel milagro. Aunque Macías Retes mantuvo durante la Guerra y la posguerra ensayos clandestinos en locales del centro de Cádiz, con sus parientes vigilando por si llegaba la Policía, fue en 1948 cuando consiguió montar un repertorio de coro para actuar pero sin competir. No había certamen ni otras agrupaciones. Todo prohibido.

El gobernador civil de la época, Rodríguez de Valcárcel, en una Velada de los Ángeles, lo escuchó y decidió autorizar, unos días después, el primer concurso de coros y chirigotas del Franquismo. A la semana siguiente, aceptó también la celebración de un carrusel de coros alrededor del Mercado Central. Esos gestos, concedidos como una compensación a la población tras la tragedia de la explosión de San Severiano en 1947, se convirtieron ya en tradiciones anuales hasta el fenómeno actual.

El amor de Macías Retes por el coro y el tango, además de ponerle en peligro durante años, le llevó a colaborar con otros coros, a los que llegó a escribir y afinar sin importarle que fueran competencia para el Concurso del Falla o el aplauso del público. Cuando salía del ensayo del suyo propio y se iba a ver a los demás para asesorar y animar.

Por tal de conservar la tradición y la modalidad, al igual que cuando organizaba ensayos y cursos clandestinos para niños en la posguerra, se dedicó hasta la Transición a dar consejos a los coros más jóvenes para que mantuvieran vivo el legado de bandurrias, tangos y laúdes. En 1977, dos años antes de morir, compuso su último coro: 'Las figuras del ajedrez'. La primera vez que salió en uno fue en 1922, con 13 años, se llamaba 'Los habitantes del planeta Marte'. Entre uno y otro, la más hermosa y valerosa historia de amor al tango que haya conocido el Carnaval de Cádiz.

Ver los comentarios