La arqueóloga Nuria Herrera, directora del taller pedagógico
La arqueóloga Nuria Herrera, directora del taller pedagógico - LA VOZ
Cádiz

Una reválida para el patrimonio de Cádiz

'La arqueología que nos rodea' es el título del taller que organiza TAPECA destinado a niños gaditanos de Infantil y Secundaria

Miren Landeta
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Los alumnos del colegio Argantonio han sido los primeros en adentrarse en el parque de Varela para explorar este importante yacimiento que pasa desapercibido para muchos gaditanos pese a estar a escasos metros de la avenida de Andalucía, en una ubicación transitada y accesible.

La arqueóloga e historiadora, Nuria Herrero, es la cicerone encargada de desvelar a los niños los tesoros que se esconden tras las puertas de los jardines Erytheia y Kotinoussa mediante un ameno taller de dos horas de duración. Con los más pequeños hay que conseguir que participen de forma activa para que «lo que aprendan tenga sentido para ellos».

El espacio que antaño ocupaba el inmenso cuartel del Ejército de Tierra se corresponde actualmente con un jardín urbano tradicional, Erytheia, y con una zona más agreste destinada a la interpretación arqueológica, Kotinoussa.

Este último recinto ha estado rodeado de polémica porque el acceso de los perros es libre y esta circunstancia hace complicado poder disfrutar de recinto con niños. «No estoy atemorizada pero no estás totalmente tranquila», indican los vecinos. Compatibilizar la función sociocultural y con el esparcimiento de los canes no es sencillo y el Ayuntamiento tras un estudio que han realizado las delegaciones de Medio Ambiente y de Urbanismo ha considerado más idóneo el entorno de la plaza de Asdrúbal para ubicar el parque canino. Será el cuarto de la ciudad y contará con capacidad de unos 350 metros cuadrados.

Cisterna romana en los jardines de Kotinoussa
Cisterna romana en los jardines de Kotinoussa

Erytheia y Kotinoussa hacen alusión al pasado fenicio de Cádiz, cuando las dos islas estaban separadas por un canal que empezaba en el muelle y recorría San Juan de Dios y la Catedral, hasta llegar a la Caleta. Guardan un patrimonio para muchos ignorado: enterramientos fenicios, restos púnicos, una villa, la cisterna romana encontrada en solar del antiguo Teatro Cómico... «Este espacio está lleno de posibilidades y hay que llenarlo de contenido». El parque está rodeado de colegios como el CEIP Carola Ribed, Las Esclavas, San Felipe Neri y María Auxiliadora y los talleres cuentan con el apoyo del Ayuntamiento, que se ocupa de mantener limpia la zona antes de las visitas, y de la Policía Local, indica Hernández.

Aprender jugando

Los escolares se sumergen en el universo romano a través de manualidades y disfraces, en este caso túnicas y togas. Los niños realizan actividades didácticas donde tienen que reconocer los lugares básicos de las casas romanas: atrio (patio), cocina, dormitorio, aljibe (agua) y el ajuar de las casa. También se recurre a juegos como el de los bolos, las nueces o la rana y a través de la indumentaria se explican los diferentes estratos sociales, los gremios y la actividad que desarrollaban.

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El recorrido pedagógico permite trabajar hasta con 50 niños porque se dividen en grupos y mientras parte recorre la villa, la otra mitad está reconociendo especies vegetales características del Mediterráneo como olivos, encinas, romero, palmito y vid. Para hacer todo más comprensible se relaciona la función de las plantas en época romana con los usos que se le dan en la actualidad la actual y también se explica la importancia del aceite y del comercio marítimo en Cádiz.

No se realizan las mismas actividades con todos los grupos ni se incide en los mismos aspectos porque las actividades se adaptan a la edad de los grupos. «No es lo mismo un niño de cuatro años que un adolescente de bachiller», sin embargo el yacimiento es lo tan rico que permite adecuar el recorrido a diferentes públicos. Después de esta primera fase en la que los talleres se están centrando en los colegios, la intención es abrirlos al resto de público para que puedan participar colectivos, asociaciones y grupos de mayores. Conservar el patrimonio es preservar nuestra historia y uno de los medios para conservar este legado es educar sobre su importancia. Hoy los más pequeños ponen los cimientos para concienciar sobre el valor de este parque.

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