Apuntes

El saqueo de los cursos de formación

El informe policial sobre el dinero destinado a formar a parados demuestra que no hubo control en el gasto y, peor aún, que sirvió para el enriquecimiento de personas relacionadas con la Junta

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Los cursos de formación impartidos a los extrabajadores de Delphi entre 2009 y 2011 fueron un paripé para que unos pocos se lucraran. El informe de la brigada especializada en delincuencia económica y fiscal (UDEF) enviado al juzgado ha demostrado que las subvenciones se dieron con absoluta alegría y sin el más mínimo control. Los cursos tampoco reunían los requisitos básicos para garantizar el desarrollo laboral de sus alumnos. Aún se recuerda con cierto jolgorio como algunas de las clases impartidas a los exdelphi tenían como hilo conductor visitas al zoo de Jerez o incluso al cine, además de clases virtuales impartidas a distancia. El entramado orquestado alrededor de los cursos de formación, no solo de Delphi, ha puesto al descubierto una red de clientelismo político con los gestores de la Junta en tiempos de Manuel Chaves que deja mucho que desear. Es intolerable que un exconsejero como Ángel Ojeda manejara en cuatro años 48,4 millones de euros en ayudas públicas. Este dinero se canalizó a través de sus empresas de enseñanza y sirvió para amasar una importante fortuna. El terremoto laboral de Delphi fue el inicio de una de los mayores casos de corrupción, junto con los ERE fraudulentos, de Andalucía. Toca ahora asumir responsabilidades y dejar que la justicia actúe. Está claro que esta acción política de apagar con dinero cualquier fuego laboral del momento no tuvo otro objetivo que la compra de votos para las elecciones municipales y autonómicas de 2008. El caso de los cursos de formación, tras pasar revista al segundo escalón de las consejerías de Empleo e Innovación, apunta ahora hacia los gestores de aquella época.