La recompensa de la larga espera para los cofrades en el Jueves Santo de Chiclana

Día de larga espera para los cofrades chiclaneros es el Jueves Santo. Hasta las nueve de la noche no se abrieron las puertas de la iglesia Jesús Nazareno para dejar salir a la Cruz de Guía de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, María Santísima de los Dolores y San Juan Evangelista. Como cada año, la plaza frente al templo se abarrotó de público para ver la salida de las imágenes que desfilaron ayer por la ciudad hasta su recogida, prevista para las 03.00 horas. Una salida que además es particular en Chiclana por las pequeñas dimensiones de la puerta de la iglesia, lo que entraña el máximo celo por parte de capataces y cuadrillas de costaleros. Rafael Díaz Marín fue el capataz del misterio, mientras que Andrés Alcántara Benítez marcó las directrices del palio durante la noche del Jueves Santo. Como acompañamiento musical, la banda de cornetas y tambores Cristo del Amor, del Tracón (Cuenca) tocó para el Nazareno y fue la banda de música María Santísima de la Estrella la que lo hizo para la Virgen de los Dolores.

Como ya es desde hace tres años consecutivos, esta hermandad compartió protagonismo en las calles de Chiclana con el Santo Crucifijo de la Salud, que pertenece a la Lasaliana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Jesucristo Rey en la Entrada Triunfal a Jerusalén, Santo Crucifijo de la Salud, Nuestra Señora de la Estrella y San Juan Bautista de La Salle. Esta procesión, a la que caracteriza su sobriedad, salió de la capilla del colegio lasaliano a las doce de la noche. Para esta semana había previsto acortar su recorrido y regresar a su templo a las 3.30 horas, media hora antes que en los dos años anteriores que esta imagen lleva desfilando en Chiclana en la Madrugá. Por su especial seriedad y recogimiento, el paso del Santo Crucifijo de la Salud no lleva acompañamiento musical y es portado por la cuadrilla de hermanos costaleros.