semana santa 2014

De la luz de misterios a la oscuridad de Angustias

Las cuatro cofradías realizan una buena salida, empañada sólo por un incidente del San Juan de las Aguas

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

De ese instante saldrá algo grande. De esa conjura de la luz, de la nube de incienso que todo lo envuelve, de esas miradas entregadas y devotas saldrá una fotografía que lo condense todo. Será en el «instante decisivo», que diría Henry Cartier Bresson. Ese momento que en estos días se produce en fracciones de segundo de una Semana Santa que apura sus días. Porque de esos objetivos que día tras día quieren inmortalizar estos días, saldrá un cartel anunciador, una estampa o quizás hasta una exposición. Y precisamente por ello, los fotógrafos cofrades se emplearon ayer bien a fondo en un día plástico como pocos. Miércoles Santo en Cádiz, día de misterios, con el contrapunto sobrio. Esa podría ser la sinopsis de una jornada de cielos resplandecientes que, este año sí, hizo posible que las hermandades se lucieran. Tan sólo un incidente marcó la jornada: la caída de una mano del San Juan de Luz y Aguas.

Luz y Agua

Como todos los años, pero nunca igual. Los hermanos del Cristo de las Aguas se miraban cómplices en el interior de la parroquia de Santa Cruz. «Este año sí, este año salimos», comentaban entre abrazos. Desde el altar, el hermano mayor José Manuel Silva pedía silencio y llamaba uno por uno a los jefes de sección para que organizaran el cortejo. De fondo, se escuchaban los tambores de las bandas de música que anunciaban su llegada. Fuera, el público intentaba buscar el mejor sitio para ver los tres pasos de esta cofradía, San Juan Evangelista, Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora de la Luz. Con la primera levantá de San Juan Evangelista en el interior de la iglesia se escuchó rezar también el primer padrenuestro de la estación de penitencia. «Menos mecido, más a la izquierda», ordenaba el capataz Juan Manuel Nondedeu. A las 17.00 horas, puntual, San Juan ya asomaba por la puerta. Mientras emprendía el camino hacia el campo del sur con los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Rosario de Brenes, la cuadrilla de cargadores del Cristo se acercaba al paso para compartir un momento de oración. Veinte minutos después, acompañado de la Agrupación Musical Sagrada Resurrección de Sanlúcar, iniciaba el camino hacia la Catedral. No tardó mucho Nuestra Señora de la Luz en seguirle los pasos mecida al compás de la Asociación Filarmónica deConil.

La hermandad completaba su recorrido por la calle San Francisco, cuando el paso del San Juan sufrió un incidente. La talla del santo perdió una mano, concretamente la que portaba la palma. Tras unos momentos de incertidumbre fue colocada de nuevo, aunque la palma fue retirada.

Cigarreras

Dieciocho años lleva Sonia García saliendo de mantilla con la cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Salud y María Santísima de la Esperanza y no ha perdido la ilusión. «Hice una promesa, salir con Cigarreras mientras pueda y así lo haré». Minutos antes de entrar en el convento de Santo Domingo coloca bien las horquillas a una compañera mientras cuenta que lo hace «porque alguien me lo pidió y desde entonces cumplo con mi palabra». El camino es largo, unas ocho horas en lo que da tiempo «a pensar muchas cosas, depende del año y de lo que haya ocurrido». Para Encarna, que este es su sexto año, la sensación es diferente. «Salgo de mantilla desde que mi madre murió. Ella no faltaba nunca» y ella tomó el relevo. Son sólo dos de las 62 mujeres que salen de mantilla en Cigarreras. «Este año hay una sensación diferente», reconoce José Manuel Gomila, hermano mayor. «Es el primero que no está en funcionamiento la fábrica de tabacos y es algo que estará presente».

Puntual, como el resto de las cofradías, Jesús de la Salud salió poco antes de las 18.30 horas con el himno de España interpretado por la Agrupación Musical Sagrada Cena de Cádiz. Poco después hacia lo mismo la Virgen cuya primera levantá la realizó un emocionado Vicente Rodríguez, hermano mayor de Expiración.

Sentencia

Dice Benito Moya, hermano mayor de Sentencia, que en días como el de ayer siempre recuerda «al que ya no está con nosotros». Al que se marchó para no volver, en un recuerdo que ayer no era sólo evocado por Moya. Muchos hermanos se acordaban ayer de esos históricos que hicieron posible que la hermandad cumpla este año su 75 aniversario fundacional. Salida especial, pues, la que se vivió en la tarde de ayer en la iglesia de la Merced. Desde allí partió, a las 17.15 horas uno de los cortejos más numerosos de nuestra Semana Santa. Más de 310 penitentes que daban luz a un misterio que fue todo buen hacer. Con las maniobras precisas, el Señor de la Sentencia salvó la angosta puerta de la Merced y se colocó frente a un barrio entregado. La cuadrilla de Francisco J. Gallardo comenzaba su caminar por las calles de Cádiz bajo los sones de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Rosario. La familia Rivas, histórica de la hermandad, fue la encargada de dar la primera levantá. Sonó ‘Santa María’ para colocar el paso mirando a la cuesta de la Merced para continuar con ‘Tristeza en tus ojos Padre’. Con un caminar decidido, hacia delante, acompasado, el misterio se perdía calle abajo. Lo hacía en un año en el que, exornado con claveles rojos, estrenaba ropajes de las imágenes secundarias y un pebetero que vertía humo.

Comenzaban a salir los tramos de la Virgen, entre los que se encontraban las hermanas ataviadas de mantilla (anunciando la visita de los Sagrarios) y una representación de los alumnos de la Salle, en virtud del título de la lasaliana de la hermandad. No pasaron muchos minutos hasta que la Señora del Buen Fin salía a la calle, exornada con orquídeas y flor de cera. El capataz daba la orden de la primera levantá, en esta ocasión a cargo de la viuda de un histórico de la hermandad, ya desaparecido, Cristóbal de Cos. La Banda de Música Pedro Álvarez Hidalgo interpretó para la Señora ‘Aniversario Macareno’. Lo suficiente para que el barrio entrara en éxtasis. «Vivas» y «guapa», llovieron para la Virgen del Buen Fin que enfiló la cuesta de la Merced con caminar gaditano y bajó la citada cuesta con Reina de las Canastas. Comenzaba un recorrido que tendría momentos emotivos tan destacados como cuando el palio entró en la plaza de la Candelaria bajo los sones de ‘Madre del Rosario’, de Marvizón, en recuerdo del desaparecido Manuel Garrido, hermano mayor del Perdón.

Caminito

Sonó ‘Santo Cristo de Burgos’ de la capilla musical Trivium. De la fiesta anterior, todo se hizo luto y pesar. La Virgen de las Angustias llora la muerte de su hijo muerto en su regazo. Llega al Caminito a una Alameda entregada, llena de gaditanos ávidos de ver este momento, entre el silencio y la oración, con la puesta de sol como telón de fondo. La hermandad puso en la calle más de 200 penitentes y una larga fila de penitencia. Todo ello con una gran organización del cortejo que se forma desde tres puntos distintos: el Rebaño de María, las carmelitas, la Central Lechera y la capilla de las Angustias, desde donde salía el paso. Estrenó este año la hermandad su recorrido –el año pasado no se pudo hacer por la lluvia– para pasar por delante de las ventanas de las carmelitas y tomar por Manuel Rancés. Un cambio más que acertado y que respetó el clásico momento de oración y canto de las monjas del Rebaño de María, antes de que la cofradía pusiera sus pasos hacia la Catedral. Le esperaba un cortejo lleno de instantes cofrades y oscuridad, gracias a que este año sí se le apagó las luces durante el recorrido.