operación micenas

Recuperan varias obras literarias de los siglos XVIII y XIX

Los catorce volúmenes fueron sustraídos de los fondos sustraídos de la Biblioteca José Celestino Mutis

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La Policía Nacional ha recuperado catorce volúmenes procedentes de los fondos sustraídos de la Biblioteca José Celestino Mutis de Cadiz, tras ser detectadas por un miembro de la corporación municipal en un establecimiento de la capital. Las obras recuperadas estaban siendo investigadas dentro de la Operación Micenas, iniciada a principios de 2011 y que se saldo con la detención de dos personas y la recuperación de parte de objetos sustraídos a finales del mismo año.

Intervenidas y recuperadas catorce volúmenes sustraídos.

El personal de la Biblioteca perteneciente al Ayuntamiento de Cadiz puso en conocimiento de los investigadores de la Policía Nacional, como un miembro de la corporación municipal del Ayuntamiento de Cadiz había localizado algunos ejemplares que en su día fueron sustraídos de los fondos de citada biblioteca.

Los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que tienen atribuidas las competencias de control de los establecimientos de compraventa de antigüedades en su ámbito territorial, continuaban con la investigación abierta desde el 2011 se hicieron cargo de las gestiones para comprobar y verificar si efectivamente se encontraban los ejemplares sustraídos.

En la inspección realizada el pasado 31 de marzo en el establecimiento por los agentes especializados de la UDEV acompañados de la funcionaria de la Biblioteca se intervinieron tres obras literarias editadas entre los siglos XVIII y XVIII. Días después en previsión de la posible aparición de nuevos títulos de idéntica procedencia y gracias también a la colaboración de la propietaria del establecimiento se practico una segunda inspección en la mañana del día dos de abril. En esta segunda inspección practicada por la encargada de la Biblioteca, como experta y conocedora en primera mano de las obras sustraídas, dio como resultado el hallazgo de un total de once volúmenes editados entre los siglos XIX y XIX.

Los libros recuperados fueron adquiridos por la propietaria del establecimiento desconociendo su procedencia ilicita debido a que los ejemplares sustraídos carecían de sellos identificativos u otra reseña que los identificara como propiedad del Excmo. Ayuntamiento de Cadiz, así como queda acreditado también en los controles a los que el establecimiento ha sido sometido no detectando nunca ninguna irregularidad que hubiera propiciado la correspondiente propuesta para sanción por infracción

La Operación Micenas desarrollada en la provincia de Cadiz desde sus inicios

La Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría Provincial de Cádiz ha desarrollado una larga y compleja investigación desarrollada bajo el nombre de “Operación Micenas”, con la detención de dos personas de 37 y 68 años de edad respectivamente y la recuperación de más de 700 antigüedades y obras de arte entre las que se encontraban obras literarias de alto valor cultural e histórico.

La investigación se inició con motivo de la sustracción de la Biblioteca Municipal “José Celestino Mutis” de Cádiz de trescientos setenta y tres de volúmenes, muchos de los cuáles habían sido declarados como Bienes de Interés Cultural por la Junta de Andalucía y por tanto, integrantes del Patrimonio Histórico de esta comunidad y cuyo valor estimado rondaría los cuatrocientos noventa mil euros.

La mayoría de las ediciones de estas obras datan del siglo XIX y en algunos casos de la primera mitad del siglo XX, si bien habría títulos fechados en épocas anteriores (siglos XVI al XVIII), siendo el más antiguo de 1555.

Entre las mismas se encontrarían volúmenes de la colección de la colección “Guías de Cádiz”, y otros muchos de la biblioteca personal de D. Adolfo de Castro, así como multitud de ensayos relativos a la historia de Cádiz y su provincia. Algunas de estas obras, en muchos casos únicas por su rareza y extraordinarias por su contenido, tenían el valor añadido de contener anotaciones y dedicatorias manuscritas realizadas por los propios autores.

Si bien las primeras indagaciones hacían pensar que el autor de los robos pudiera ser alguno de los usuarios de la citada biblioteca las pesquisas enseguida se focalizaron en uno de los empleados de una empresa de limpieza, de 37 años y vecino de Cádiz, que venía prestando sus servicios en la biblioteca desde poco antes de que se empezara a detectar la ausencia de los libros.

Esta persona a su vez revendía los libros robados por entre tres y cinco euros el ejemplar a un coleccionista de antigüedades de 68 años y vecino de El Puerto, que a lo largo de más de cuarenta años dedicados al coleccionismo y la adquisición y venta de antigüedades había atesorado gran cantidad de piezas de todo tipo, en ocasiones de origen un tanto dudoso, siendo algunas de ellas procedentes de expolios en yacimientos arqueológicos submarinos.

La principal problemática que se planteó a los investigadores fue la de seguir la pista de los volúmenes sustraídos al objeto de recuperar tan valioso patrimonio en su totalidad ya que el individuo de El Puerto acostumbraba a revender piezas de su colección a otros aficionados a las antigüedades, de ahí lo dilatado de la operación.

Tras proceder a la detención en 2011 de ambos sujetos, uno en Cádiz y el otro en El Puerto de Santa María, se realizaron dos registros domiciliarios y tres en otros tantos locales que el segundo de los encartados había convertido en pequeños museos de uso particular en los que se recuperaron la totalidad de los libros sustraídos y varios cientos más, muchos de ellos de los siglos XVII y XVIII, así como centenares de otras piezas de alto valor histórico y cultural de las que esta persona no podía acreditar su procedencia entre los que cabe destacar un ánfora romana, porcelana y proyectiles de artillería expoliados de los fondos marinos, un capitel de mármol, varias cabezas de estatuas, una colección de lacres centroeuropeos de los siglos XVII y XIX, otra impresionante colección de sables y cascos antiguos, nueve pistolas y dos escopetas datadas entre los siglos XVIII y XX, algunas de ellas al parecer en perfectas condiciones de funcionamiento y unas “charreteras” y chapas identificativas militares francesas de la época de Napoleón III.