huelga

Nuevo encontronazo entre la Policía y los trabajadores del metal

Los antidisturbios han intervenido esta mañana temprano en San Fernando donde los manifestantes habían hecho barricadas en las inmediaciones de Navantia

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Sobre las seis de la mañana se daba el aviso y la Policía entraba en acción. Se había cortado la carretera de acceso a La Carraca impidiendo la entrada tanto a la instalación militar como a la factoría de Navantia. Una hoguera realizada con restos de árboles y bidones de gasolina era el preludio de lo que vino a continuación. Una batalla campal entre los antidisturbios, que fueron los primeros en llegar a la zona, y un centenar de encapuchados pertenecientes a la industria auxiliar de Navantia. El anuncio realizado por la empresa de un «duro» plan de ajuste, toca de lleno a los medianos y pequeños empresarios de la zona, que dependen del astillero para subsistir y poder mantener a sus plantillas.

Es por ello que un grupo de afectados no dudó en tomar medidas contundentes y no solo cortar la carretera sino que también derribar las farolas que se encontraban a su alrededor. Es por ello que la Policía decidió realizar el primer encontronazo para acorralar al grupo, que se defendía tirando todo lo que había a su paso así como tuercas con tirachinas, piedras y varillas de soldar. Por su parte la Policía hacía uso de las pelotas de goma.

Retenciones

Finalmente lograron dirigirlos y hacer que se retiraran a la factoría. A las ocho de la mañana las retenciones eran ya considerables. Se había cortado el conocido como puente de Hierro así como el polígono que lleva el mismo nombre y la cola de coches se acumulaba. Trabajadores de las instalaciones militares y de la propia Navantia se agolpaban a unos kilómetros de esta batalla escuchando los fogonazos de la Policía. Una vez que tomó el control de la situación decidió retenerlos en ese lugar con el objetivo de evitar que se dispersaran y decidieran acudir a otras zonas o a la manifestación del metal que se había convocado a las once de la mañana. De esta manera, el grupo la tomó con una garita militar desde la que los agentes intentaban conocer sus movimientos y la emprendieron a pedradas siempre escoltados por las paredes de la Factoría.

Hasta que la munición y la paciencia comenzó a agotarse. En ese momento decidieron exponerse aún más, como reto a la Policía y con el objetivo de coger algunas piedras del lugar. Salieron de la entrada y los disparos se sucedieron seguidos de nuevo de lanzamientos con tirachinas. El tira y afloja no daba tregua, aunque no llegó a producirse ningún herido, al menos de forma grave, ya que hubo pelotas que impactaron en algunos de los que estaban protestando. Ya se acercaba el mediodía y el conflicto se había tomado un pequeño respiro. Los encapuchados decidieron alejarse de la visión de la Policía y adentrarse en el astillero, mientras que los agentes fueron reduciendo la tensión.

Fue entonces cuando se buscó el poner fin al enfrentamiento, a través de la mediación del comité de empresa de Navantia. La Policía decidió iniciar una retirada escalonada, mientras se iba permitiendo el acceso de los trabajadores a la fábrica, momento en el que llegó el punto final, ya que en el interior se mezclarían con la plantilla y sería complicado su detención. Una salida pactada para acabar con las hostilidades si bien la Policía realizará ahora las diligencias oportunas para la identificación de los encapuchados.