Varios vecinos ayudan a salir a los tripulantes minutos después de caer el helicóptero . :: M. ALMAGRO
CÁDIZ

«Sacamos a los ocupantes con mucho miedo de que explotara»

Varios residentes de las calles San Juan, Zarza y Meleros ayudaron a las víctimas a salir de la aeronave antes de que llegaran los bomberos La rápida acción de los vecinos fue clave para evitar más daños

EL PUERTO. Actualizado: Guardar
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Aún con el susto metido en el cuerpo, Juan Luis González, vecino de la calle Meleros, explicó cómo sin pararse a pensarlo corrió hacia el helicóptero para socorrer a sus ocupantes. «Éramos varios, que vimos lo que pasó y fuimos a ayudar a las personas que estaban dentro. Primero sacamos al piloto, por el cristal delantero del helicóptero, que estaba roto».

El segundo fue rescatado a través de una de las ventanas y con el tercero tuvieron más dificultades, ya que tenía puesto el cinturón de seguridad y tardaron varios segundos en quitárselo. «Y mientras, con mucho miedo de que aquello explotara. Pero no nos podíamos quedar de brazos cruzados sabiendo que allí dentro había gente». Con varios rasguños en brazos y piernas, Juan Luis fue felicitado por los policías que se encontraban en el lugar de los hechos y que no dudaron en estrecharle la mano por su buena acción. No en vano fue la rápida reacción de los vecinos la que salvó a los ocupantes del helicóptero de sufrir mayores daños. «Me han dado una y mil veces las gracias en el hospital, así juntando las manos».

Gestos de agradecimiento

Los tres ocupantes, un alemán y dos austriacos, se sentirán en deuda desde ahora con el vecindario de San Juan, Zarza y Meleros, que ayer no se movieron de la calle mientras hubo movimiento de policías, bomberos y autoridades. La expectación se mantuvo hasta las nueve y media de la noche aproximadamente, cuando la grúa se llevó la aeronave ante la mirada de los numerosos curiosos que aún permanecían allí. Pero durante toda la tarde, vecinos como Ildefonso López permanecieron desalojados de sus viviendas. «Al asomarme vi como el helicóptero estaba mal, tenía problemas. Entonces cuando estaba a punto de estrellarse, el copiloto saltó. Después pegó un porrazo enorme». Mari Carmen Parejo, testigo directa del accidente, aún temblaba tras el cordón policial y no quería separarse ni un centímetro de sus hijos. «Yo pensaba que se estrellaba en mi casa. Mis hijos me avisaron del ruido y lo vi junto al balcón, así que nos fuimos todos al cuarto de baño, muy asustados y llamé a mi marido. Después oímos el choque. Pero pensaba que el helicóptero se nos venía encima». El hijo de Rafael Fenoy llegó a casa cubierto de gasolina. «Me enteré de todo cuando lo vi quitándose la ropa llena de combustible. Él ayudó a sacar a los que estaban dentro, se jugó la vida».

Otro de los protagonistas del suceso fue el párroco de la Iglesia Mayor Prioral, Diego Valle, que no se encontraba en la casa parroquial en el momento del accidente. El helicóptero cayó justo delante. «Estaba en Arcos y he venido corriendo asustado nada más enterarme. Gracias a Dios no ha sido nada más grave y no hay que lamentar más daños personales». El párroco, muy conocido y apreciado en la ciudad, no dudó en tomar fotografías del siniestro con su propia cámara desde la azotea de la casa parroquial y en la zona acordonada, junto al propio helicóptero.

La sorpresa del párroco

«Me hubiera cogido despertándome de la siesta en la casa parroquial. El choque ha afectado a la alambrada superior, junto a la azotea. Y también a la fachada de la iglesia, que tiene como un tajo de una de las aspas. Pero no se ha dañado nada de valor». Otros testigos vieron desde la puerta de su casa cómo los vecinos, en medio de una nube de humo, se afanaban por ayudar a los ocupantes. No fueron pocos los que tomaron fotografías con sus cámaras y teléfonos móviles. De hecho, solo varios minutos después del accidente ya había un vídeo colgado en la popular red 'Youtube', en Internet.

Por otro lado, también fueron muchos los portuenses que observaron las dificultades del helicóptero durante su vuelo, como Jesús Algeciras, aficionado a la colombofilia, que estaba con sus palomas en la azotea de su casa, en la barriada de Los Frailes. «Estábamos en la azotea de mi casa, en la barriada de Los Frailes, y vimos que un helicóptero hacía cosas muy raras. Daba vueltas sobre sí mismo y perdía altura. Poco a poco se fue dirigiendo hacia el centro y hemos venido a ver qué había pasado».