Arte

«Vivir de la pintura no sólo se trata de vender cuadros»

La artista madrileña refleja su obsesión por el paisaje y el color en una muestra en el Parque de Los Toruños

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cádiz. Aunque nació en Madrid a finales de la década de los 40, la pintora Emilia Sánchez de Ibargüen se siente gaditana. En la provincia ha realizado gran parte de su producción artística y ha llevado a cabo ambiciosos proyectos educativos, como la Escuela Taller de Jerez. En su regreso a El Puerto, la autora rinde homenaje al Parque de los Toruños y a otros muchos paisajes que le han impactado a lo largo de su dilatada carrera. El resultado es ‘Tránsito’, la muestra que se exhibe en Los Toruños durante este mes.

– ‘Tránsito’ es el nombre de su exposición, ¿supone un cambio artístico en su trayectoria?

–El eje es el paisaje. Se trata de una retrospectiva de mi visión de dos temas paisajísticos que forman parte de mi experiencia personal. Es un recorrido que va desde mis inicios, con la pintura de montañas, hasta la actualidad, cuando he explorado los paisajes más planos.

– ¿También es un cambio vital?

–Sí, he pasado diez años en Madrid y ahora llevo dos en El Puerto. Cuando regresé descubrí el Parque de los Toruños y me encantó. De todos sus rincones, me ha llamado especialmente la atención las torres de avistamiento de pájaros. Son muy coloridas y estéticas, y dominan un paisaje imponente.

– El color y los paisajes son una constante en su obra...

–Sí, de hecho he elaborado esta exposición para que se vea el proceso desde el origen de mi gusto por el paisaje alpino, que surgió por la lectura de libros en los que aparecían grabados antiguos. Además de paisajes, he cultivado mucho el retrato. También los interiores, elementos figurativos y abstracciones. El retrato es mi otra gran pasión, lo que ocurre es que al ser por encargo no me permite inventar.

– ¿En qué estilo enmarcaría su producción?

–Expresionismo. Un expresionismo estilizado.

– ¿Se puede vivir de la pintura en la actualidad?

–Yo lo hago. Sí es cierto que has de complementarlo con más cosas, no sólo se trata de vender cuadros. He hecho de todo. He pintado murales, he decorado el Villamarta sobre un andamio, decorado libros...

–La docencia es otro de los pilares de su profesión. Organizó e impartió clases en la Escuela Taller de Pintura de Jerez, ¿qué recuerda de aquella experiencia?

–Fueron ocho ediciones consecutivas muy gratificantes y fructíferas. Resultó una experiencia muy interesante porque después la actividad se incluyó en la Universidad. Se reunió a un nutrido grupo de profesores y pintores de prestigio y salió una hornada muy buena.

– ¿Y qué pasó con la Escuela?

–Estaba promovida por el Ayuntamiento de Jerez pero llegó el momento en el que decidió destinar más presupuesto al flamenco y recortar por la pintura.

– ¿Volvería a coger las riendas de una escuela de pintura?

–En aquel momento sí pude dedicarme plenamente, pero ahora mismo estoy muy ocupada con mis pinturas. Sí podría, y me encantaría volver a dar clases en una escuela como ésa.

Creatividad poco explotada

–Delante de usted han pasado muchos de los que hoy representan a Cádiz en el mundo de la pintura, ¿qué opinión le merece la cantera local?

–Es una cantera muy importante, dicen que el sur de España es la zona que tiene más artistas por metro cuadrado.El problema es que no hay medios para desarrollar una carrera, centros de investigación, escuelas... En otras ciudades sí existen y se dan muchas más subvenciones. Hoy en día todo pasa por lo digital y, en este sentido, en Andalucía se es todavía muy conservador. Hay mucha creatividad, pero poco explotada por falta de medios.

–¿Cuál es su próximo proyecto después de ‘Tránsito’?

–Seguir pintado. Me gustan mucho las performances y tengo dos de las que todavía no puedo desvelar mucho. Tengo encargos atrasados y muchas ganas también de dar clases.