La recuperación de los retablos ha sido clave para poder contemplar las imágenes que, con el paso del tiempo, habían desaparecido por completo del conjunto. :: MIGUEL GÓMEZ
SAN FERNANDO

Primer objetivo del Bicentenario, cumplido

Los trabajos de mejora del inmueble se han centrado en la fachada, su imponente retablo y en la creación de un pequeño museo El rehabilitado edificio de la Compañía de María, sede de la Regencia, abre sus puertas

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Era uno de los objetivos principales con la llegada del Bicentenario. Uno de los pilares en el reconocimiento del valor histórico del inmueble. El edificio de la Compañía de María ocupaba un lugar predominante en la lista y ayer se pudo disfrutar de la primera de las reformas de las construcciones, considerada de vital importancia para conseguir una apertura hacia el turismo. Por eso, los miembros del equipo de Gobierno, que acudieron al antiguo convento de la Compañía de María, no podían ocultar su cara de satisfacción al ver finalizado el primer proyecto del 2010, listo para los actos que se llevarán a cabo a lo largo del año.

Pero, ¿cuál es la importancia de un edificio de más de 250 años? Pues, tratarse del lugar que en 1810 se convirtió en la sede de la Regencia Española, es decir el lugar desde el cual se definió el futuro de la nación, donde se tomaron las primeras decisiones del carácter que tenía que tener la nueva España que se estaba creando y por supuesto el órgano desde el que se diseñó las primeras sesiones de Las Cortes que se realizaron en el antiguo teatro de comedias de la ciudad, lo que es hoy el Real Teatro de Las Cortes.

Tres son las diferentes actuaciones que se han realizado en la construcción con la intención de devolverle su imagen original. En primer lugar se ha eliminado de la fachada toda la pintura plástica existente y se le ha dado una capa con mortero de cal, que en un principio cubría el edificio, devolviéndole su color primigenio y destacando sobre el resto de edificios.

Transformación del interior

Sin embargo, es el interior el que ha sufrido una transformación más llamativa al contener uno de los espacios que pretende eregirse como cita inevitable dentro de la ruta de la historia constitucional. En una de las estancias interiores del Compañía se ha creado un pequeño museo de la Regencia, con una representación de las diferentes reuniones que mantuvieron los cinco hombres que fueron elegidos para tal cometido, destacando su presidente, Pedro de Quevedo y Quintana, el obispo de Orense que se negó a jurar el primer decreto de las Cortes de la Real Isla de León.

Por último, la recuperación de sus cinco retablos, con la recuperación de imágenes que habían desaparecido por completo y en el que resalta el principal, dedicado a la Inmaculada Concepción y obra de Julián Jiménez. Este fue el lugar elegido por las autoridades para la realización de sus discursos, ante una gran multitud de personas que dejaron pequeña la sala ante la expectación que que había surgido en torno a las actuaciones y los eventos que giran sobre el Bicentenario de Las Cortes.

La primera en hablar fue la Madre Superiora de la Compañía de María, María Luisa Luque, que hizo el repaso de la historia de la congregación -que este año celebra el 250 aniversario de su llegada a la ciudad-, «siempre con la intención y el convencimiento de educar», aseguraba. Tras ella, el alcalde, Manuel María de Bernardo, anunciaba las actuaciones que están por venir como es el caso de la reforma del puente Zuazo o de la Iglesia Mayor. Un acto que contó con la colaboración del Consorcio del Bicentenario y que finalizó con un concierto de cámara.