Eduardo Mendoza, en la Biblioteca Provincial. :: MIGUEL GÓMEZ
Sociedad

Un entregado Eduardo Mendoza desgrana su vida literaria en Cádiz

El escritor no decepciona a los asistentes que abarrotaron ayer la sala principal de la Biblioteca Provincial

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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No había un hueco vacío. Algunos de los asistentes tuvieron que quedarse de pie para escuchar a un Eduardo Mendoza que no decepcionó. La sala de la Biblioteca Provincial de Cádiz superó el aforo previsto para asistir a la conferencia que el escritor ofreció ayer dentro del ciclo 'Letras Capitales', organizado por la Consejería de Cultura.

El autor de 'La verdad sobre el caso Savolta' se entregó a su público y desgranó una trayectoria literaria en la que sus vivencias personales han sido una pieza indispensable para crear historias tan inolvidables. Desde sus inicios escolares recibiendo las enseñanzas de unos curas-profesores que no le aportaron grandes cosas, y que no le trataron como debían, hasta las razones por las que su último libro está compuesto por tres relatos tan diferentes sin presencia femenina.

El catedrático de Literatura de la UCA Manuel J. Ramos dedicó unas palabras de admiración y simpatía hacia el protagonista de la tarde. «Mendoza es imaginativo, original. No se parece a nadie. Sus personajes son pícaros, y su lenguaje rico y variado», afirmaba. Pero fue la comparación que hizo del escritor catalán con Pío Baroja la que provocó en él unas sinceras palabras de agradecimiento con las que terminó asumiendo que ha sido una de sus grandes inspiraciones. «En Baroja busque una voz propia», declaró.

Cercano

Mendoza se sinceró y explicó las razones por las que sus personajes son tan estrambóticos. El origen, los tebeos de Cucufato Pi y el protagonista de 'Crimen y castigo'. Ellos le ayudaron a mover su imaginación para definir personalidades llenas de humor, torpeza y mucha inteligencia.

Habló de la angustia que provoca el escribir por la complejidad del lenguaje. Pero todo ello, mostrando un sentido del humor que contribuyó a generar un ambiente de cercanía entre protagonista y oyentes que dice mucho de un personaje que obtuvo el Premio de la Crítica en 1975 y que se ha convertido en uno de los autores más prolíficos de las letras nacionales.

Tras la charla, dedicó buenas palabras y dedicatorias a un amplio número de seguidores que aprovechó para mostrarle su admiración. Mendoza firmó ejemplares de sus libros siempre con dedicación y una sonrisa, pero con un ojo puesto en el reloj. El Barça jugaba contra el Sevilla.