EL RAYO VERDE

La nueva política

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Este fin de semana se está celebrando una protesta tan relevante como invisible: se trata de la 1ª Manifestación Virtual contra el 'Ladrillazo' en la playa de El Palmar, convocada en Facebook desde el viernes y hasta mañana lunes, cuando el pleno extraordinario del Ayuntamiento de Vejer apruebe el complejo hotelero de Malcucaña. Los manifestantes virtuales se sumarán a los reales, que se concentrarán a la una y media de la tarde delante mismo del consistorio. No sé a esta hora cuántos serán los ciudadanos, o los ordenadores, que se habrán sumado a la protesta, que cuenta ya con un buen número de blogs y plataformas de oposición, alguna de las cuales ha excedido el cupo de miembros, pero además del interés por el seguimiento, que será fácil de contabilizar por el número de IP o 'matrícula' de cada computadora que se registre, es apasionante su carácter experimental y de avanzadilla del futuro. En estos tiempos de participación política bajo mínimos, y no digamos sindical, de descrédito general, estamos ante una red en la red, un grupo que se organiza sin barreras geográficas, ni incluso idiomáticas, sin líderes notorios, aunque sí con cinco coordinadores explícitos, con nombre y apellidos, que se ocupan de áreas diversas: surfista (sic), comunicación, medio ambiente, infraestructuras, cultura. Un foro que usa mensajes sencillos, directos, breves y cuyos miembros apoyan la causa con lemas simples, casi infantiles a veces, pero eficaces para su audiencia. Sin debate, eso sí, sólo con adeptos.

Todo esto deja, sin remedio, las dinámicas habituales en el siglo pasado. ¿Dónde quedan las largas discusiones teóricas, los ideólogos, los intelectuales comprometidos que leen el manifiesto final? Ya no hace falta fletar autobuses, preparar bocadillos, pintar la pancarta, comprar las banderas, gritar pareados... El lenguaje también cambia. Roto, irregular, cargado de interjecciones, de abreviaturas, de iconos, huye de la retórica y el hermetismo usuales, tan sospechosos. La política, para sobrevivir, deberá adaptarse a estas nuevas formas o se verá arrollada por ellas. Tiene que buscar vías de participación distintas, también con garantías, para los ciudadanos no organizados en las siglas al uso o se agrandará aún más la brecha entre administrados y Administración, que puede terminar con la cara partida, como Berlusconi. Pienso, por ejemplo, en el Foro de Debate Cádiz 2012, formado por una serie de excelentes profesionales, que elaboran propuestas más o menos provocadoras, pero que carecen de interlocutores más allá del espacio periodístico. Pienso en nuevos colectivos de debate que van surgiendo en esta ciudad, siempre tan apática, a los que habría que cuidar como oro en paño, aunque incordien. La salud social se manifiesta en estas tensiones, siempre que sean constructivas y estén abiertas a un debate honesto. A fin de cuentas eso es, o debe ser, la política. Salvemos El Palmar, Las Aletas, La Caleta, salvémonos de salvadores y salvemos el futuro de esta zona del mundo, tan magnífica como mejorable, que es la nuestra.