PINCHITO MORUNO

La cocina del bambito

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Teresa Montero, la fundadora y cocinera de la Venta El Soldao, situada a medio camino entre dos tierras benditas para los que somos de comé, Medina y Benalup, acaba de ser distinguida por el Gobierno con la medalla al trabajo, una joya para ella que lleva toda la vida guisando uno de los arroces más famosos de La Janda.

El premio para Teresa es un acierto porque ella forma parte de toda una generación de mujeres que ha hecho y hace maravillas en las cocinas de muchas ventas y bares de los de toda la vida de la provincia. Nunca han llevado gorro, ni vistosas chaquetillas de botones. Jamás han tenido grabado su nombre en el pecho y su uniforme ha sido siempre su bambito, esas batas de andar por casa, amplias, floreadas, que permiten que pase el fresquito, dicen ellas, y que les da comodidad. Como mucho un delantal, eso sí, más blanco que el bordado del pañuelo de la Virgen del Carmen.

Aprendieron a cocinar de sus madres y no han pisado una escuela de hostelería en su vida. Como mucho se tragan todos los días los programas de Arguiñano, pero cuando un plato de esos de loza blanca preparados por ellas te llega a la mesa humeando preparaté para sentirte más feliz que Rouco Varela poniéndole la penitencia a Zapatero.

La verdad es que estas cocineras, que pasan muchas veces desapercibidas detrás de una cortinilla que las separa de la zona del público, merecen muchos homenajes y que se les reconozca ser las madres de mucho de los éxitos que tenemos ahora en la gastronomía gaditana. Los jóvenes cocineros tienen la suerte de haber recibido una formación y de contar con muchos más medios. Afortunadamente, hoy, los cocineros son considerados y esto lo digo como algo tremendamente positivo, artistas porque realizan obras de arte que se disfrutan con muchos más sentidos. Si una pintura se disfruta con la vista, un plato se ve, se toca, se huele y se paladea y, en algunos casos, se oye, porque también uno disfruta 'de oreja' cuando cruje un barquillito... sobre todo si dentro lleva un topolino de Los Italianos.

Hay muchas cocineras que merecen también un homenaje como Teresa y creo que muchas de ellas, con el galardón a Teresa se sienten también premiadas. Caridad Molinares de la venta El Quinto o Rosario Fernández de El Raspa, también con un montón de quinquenios a sus espaldas merecían un premio, porque ellas nos dan todos los fines de semana el suyo que es un maravilloso plato de pato con arroz o simplemente unas papas con huevos. Grandes guisanderas como Rosa Duque de Casa Bernal en San Roque y su famosa menestra con fideos y muchas más de las que injustamente me olvido en este momento. Con ellas nunca se perderá el pan de telera porque sus guisos son de mojá.

Ea, felicidades para Teresa y un besito para todas, que estoy cariñoso.