CARLOS VASO FUNDADOR DE AZUL Y NEGRO

«La música ha perdido su formato físico, ahora es algo intangible»

«'Me estoy volviendo loco' es un tema que me tendré que llevar a la tumba», bromea el pionero del tecnopop español

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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Dos discos de oro, medio millón de copias vendidas en los 80, tres sintonías de la Vuelta Ciclista a España, el hito de hacer sonar su música en el neoyorquino Studio 54... y mucho más. Pero Carlos Vaso, fundador del mítico grupo tecnopop Azul y Negro, no está dispuesto a vivir de las rentas. Tras ser el primer conjunto español en editar un CD hace 25 años, Suspense, Vaso sigue innovando: tiene su propio sello discográfico (Vaso Music), en 2003 comercializó su música en formato surround 5.1. en el álbum ISS -y volvió a ser el primero en hacerlo- y en 2008 lanzó Deja Vu, una combinación de CD, videojuego y DVD con imágenes de creación propia. Hoy recuerda sus éxitos en el Auditorio de la Diputación de Málaga pero antes presentará su última creación en el congreso de la FES-UGT Málaga: cinco versiones del himno La Internacional, desde el tecnopop al heavy. Renovarse o morir.

Es de los que opinan que quien no se renueva, muere...

Sí. Pero la tecnología no va reñida con el músico. Primero tienes que ser músico y después valerte de las tecnologías a tu alcance, porque la música no se toca sola.

El CD no pasa por un buen momento...

La cosa es grave. El CD está muy tocado frente al mp3. La música ha perdido su formato físico. Con el mp3 se ha perdido la cultura del coleccionismo, la música es ya algo intangible, ya no la tienes en la mano, ya no la tocas... La gente se conforma cada vez con menos.

Es testigo de todos los cambios de formatos, ¿cómo se sobrevive?

No se puede dar la espalda a la tecnología. Tienes que subir al tren. Pero ahora no puedes competir con algo que es gratis. Tenemos que luchar por fomentar los portales de descarga de música legal. Ese no es el futuro, es el presente.

Aterriza en la música en los 80 con sonidos electrónicos, voces robotizadas... ¿Le entendió el público?

Ayudó mucho la Vuelta Ciclista, porque acercó al gran público una música electrónica, novedosa, con un robot que parecía que sonaba por ahí... Me estoy volviendo loco la hicimos expresamente para la Vuelta y marcaba el ritmo del pedaleo del ciclista... Gracias a ella, la gente asimiló esa música, que no hubiera vendido nada de no tener el apoyo promocional.

¿Le siguen pidiendo ese tema?

(Risas) Me lo tendré que llevar a la tumba. Terminaré odiándolo...

¿Y no lo odia ya?

(Risas) Lo odio ya, pero tengo que convivir con ello, no puedo evitarlo. Hay otros grupos que se niegan a hacerlo, porque llega a cansar, pero Azul y negro no se lo puede permitir.

¿Los años 80 fueron tan locos?

No, es el mito de la movida. Eso sí, había una gran diferencia: en los 80, los jefazos estaban abiertos a las nuevas tendencias, se arriesgaban; y eso ahora es impensable, van sobre seguro. En cuanto a los artistas, en los 80 había muy buen rollo; las tiranteces de hoy entre los pop y los djs... no existían.

Tras un éxito tan importante, ¿es muy difícil volver a la normalidad?

Se pasa muy mal. Llega un momento en el que el teléfono deja de sonar. Te cuesta asimilarlo porque te ves sin disco, sin conciertos y estás en casa con los brazos cruzados. ¿Y ahora qué?

Debe reinventarse...

Efectivamente, tienes que reinventarte, pero a los que les pilla muy joven lo pasan mal. Yo lo pude soportar. Pensé '¿tan complicado es hacer un disco en este país?' Mi mujer y yo nos animamos a hacerlo nosotros mismos, y con las nuevas tecnologías puedes grabar un disco más que digno con pocos medios en tu casa, no como antes que nos gastábamos millones...

¿La música electrónica tiene edad?

Está sometida a modas. Estos años atrás ha estado olvidada y sólo quedaba el reducto de los djs, que han radicalizado el concepto de música electrónica para pistas de baile sólo y exclusivamente. Ellos no son músicos y han utilizado esas herramientas electrónicas para hacer una música bailable y todo lo que quieras, pero que carece de melodías y de las estructuras pop.