El local Bahía, que el condenado intentó incendiar. / M. G.
Ciudadanos

Una venganza despechada

Condenado a cinco años de cárcel por prender fuego en el club de alterne donde trabajaba su ex pareja , que lo abandonó cuando intentó retirarla de la prostitución

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Era un 12 de febrero. Así que faltaban dos días para San Valentín, la fecha en la que David Gutiérrez quiso recuperar el amor de su ex pareja: una prostituta colombiana de la que se había enamorado meses antes, en un club de alterne de San Fernando. Durante más de seis meses vivieron juntos en El Puerto. Pero, cuando él intentó convencerla de que dejara la prostitución, ella cortó la relación y volvió al club.

Aquella noche el joven -que por entonces tenía 28 años- intentó rehacer la relación, pero ella se negó una vez más. Así que, despechado, arrojó una garrafa de gasolina en las puertas del local y le prendió fuego.

La historia de amor a lo Pretty Woman de este joven portuense, no acabó como en el cine, con un final feliz. Sino en los tribunales, que lo han condenado a cinco años de cárcel por prender fuego a la fachada del club de alterne «Bahía», en San Fernando, donde trabajaba su ex pareja.

El incendio afortunadamente sólo quemó parte de la fachada, la puerta y unas cortinas ajadas. Y fueron los propios dueños del local quienes lo apagaron. Aunque, la intención del joven despechado era quemar el edificio a sabiendas de que en el interior dormía tanto su ex novia como el resto de compañeras.

La sentencia ha sido dictada por el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial, que celebró el juicio contra el joven el pasado mes de marzo, tres años después de que ocurrieran los hechos.

El joven ya ha cumplido parte de la condena en prisión preventiva, a la que fue enviado poco después de cometer el incendio, en febrero de 2006, ya que desde el principio reconoció haber sido la mano que prendió fuego a la gasolina y al club de alterne.

De nuevo, ante el tribunal de la Audiencia, David Gutiérrez admitió haber sido el autor del incendio, mientras reconstruía tres años después los hechos.

Contrató sus servicios

Aquella madrugada del 12 de febrero, el joven visitó el club con intención de recuperar el amor de su ex pareja. Aunque para lograr verla, pidió sus servicios como prostituta. Así pasaron juntos cuatro horas dentro del club, hasta que a las siete de la mañana del día siguiente, David abandonó el local «enojado» -según reconstruye la sentencia-, después de que su ex pareja se negara a volver con él.

El joven no se dio por vencido, y regresó al club, «con la intención de desayunar» con su ex pareja -recordó él ante los magistrados- pero «desde el interior, le contestaron que estaba cerrado». Eso le enervó, de modo que se dirigió a su coche, donde guardaba una garrafa de gasolina medio llena. Con ella, roció la puerta del local y le prendió fuego.

Aunque los delitos de incendios suelen acarrear penas de entre 10 y 20 años, el tribunal de la Audiencia, presidido por el magistrado Manuel Blanco, ha reducido la pena en la sentencia, atendiendo la «menor entidad del peligro causado» y el atenuante de reparación de daños: y es que, días después, el padre del joven condenado se hizo cargo de la reparación de los daños causados por el fuego, que apenas alcanzó los 270 euros.